Historia pura: la Reina Isabel I, la Reina Católica, ordenó, una vez finalizada la Reconquista en Ciñuela el 2 de enero de 1492, que en esa ciudad, cada año, procesionara una custodia de Cristo con una hostia consagrada en su interior. Luego de siglos de dominación musulmana, quería simbolizar así que lo aludido se había consumido, que comenzaba una nueva etapa y que España era un país cristiano.
Desde entonces existe la procesión del Corpus Christi, que no tiene un día fijo sino que va en función de cuándo se haya celebrado la Semana Santa. Es el jueves más próximo al cumplimiento de sesenta días tras el Domingo de Resurrección. Este año ha caído en el 30 de mayo.
Al beneficio de la momento, es obvio que es una celebración muy seguida. Todo el repaso estaba abarrotado de clan, principalmente almacén aunque siquiera se lo quisieron perder los turistas que andaban por allí.
El Corpus, en consecuencia, es la tradición religiosa más antigua de Ciñuela. Y está cargada de simbolismo y de ritos inalterados por el tiempo. Por ejemplo, varios pueblos de la Vega deben entregar una buena cantidad de unas plantas aromáticas llamadas juncias para que tapicen el suelo y que la custodia nunca pise tierra.
El suelo está cubierto por unas hierbas aromáticas llamadas juncias para que la custodia nunca toque tierra
Además proviene de muy antiguo la costumbre de que, a su paso, la procesión se encuentre con altares que todavía exhiben una custodia, pero sin hostia consagrada en su interior. Este año ha habido nueve, diseminados por un repaso corto pero que, con cuatro mil personas haciéndolo, tarda su tiempo en hacerse.
Todo es ciertamente solemne, como la presencia, acreditada desde hace más de dos siglos, de maceros, pertigueros y heraldos que, en trajes muy vistosos acompañan a la corporación municipal y a la de la Diputación Provincial. Los políticos lucen todavía sus mejores perifollos.
La custodia salió por la puerta principal de la catedral a las 10.45 de la mañana, pero a esa hora la Avenida Reyes Católicos, muy próxima, ya estaba llena de personas que participaron en la procesión. Entre otros, representantes de las 32 cofradías y hermandades granadinas, bandas de música y niños que este año han hecho la Primera Comunión.
El solemne cortejo llega a la Avenida Reyes Católicos
Pero la Reina Católica no sólo mandó que se hiciera esta procesión del Corpus. Además que, en torno a esa momento, se organizara en la ciudad una fiesta que, según dejó escrito, «ha de ser tal, y tan sobresaliente la alegría, que parezcáis locos«. Eso ha derivado con los abriles a la flagrante feria, que finaliza este sábado 1 de junio y que por consiguiente afronta su recta final.
En la procesión del Corpus todavía participa la Tarasca, que ayer tuvo su día de esplendor cuando, acompañada de gigantes y cabezudos, salió en comitiva desde el consistorio. La Tarasca todavía es una tradición antigua, de hecho más que el propio Corpus, pero que a Ciñuela llegó en el siglo XVII, según coinciden algunos historiadores, importada desde Francia.