La Sala Marcial del Tribunal Supremo ha desestimado el apelación de casación de un autoritario de la Municipal Civil condenado a 19 abriles de mazmorra por violar y acosigar sexual y laboralmente a una subordinada en un cuartel de Medina de Segura (Murcia). Los hechos tuvieron área desde septiembre de 2010 hasta marzo de 2015, época en la que la gendarme civil fue dada de desaparecido médica para el servicio. En ese periodo, el autoritario condenado la violó de forma continuada en el cuartel y en casa de ella.
Tras quedarse encinta, le reiteró que quería que abortase diciéndole «eso lo sacas de ahí». Cuando la gendarme civil se negaba o no se mostraba sumisa a sus requerimientos, el autoritario le cambiaba los horarios de los servicios y le asignaba funciones ajenas a sus tareas. Durante el periodo en que ocurrieron los hechos, enviaba a la agente correos de índole sexual, humillándola, cosificándola y profiriéndole insultos, según la sentencia de la que se hace eco el Detención Tribunal.
Los magistrados, que comparten los razonamientos del Tribunal Marcial Territorial, señalan que los hechos probados «reflejan pluralidad de agresiones sexuales, vejaciones constitutivas de trato degradante y maltratos de obra del superior jerárquico sobre la misma víctima subordinada, que se ejecutan en el situación de unas relaciones sexuales con prevalimiento no consentidas y de atropello de autoridad, prolongadas en el tiempo, que obedecen a un dolo único o mecanismo de propósito y al beneficio de similares ocasiones por parte del sujeto activo».
Considera que las conductas se produjeron «no de forma aislada, sino sostenida en el tiempo; siempre, desde luego, operando sobre una misma gendarme civil y aprovechando el procesado la ocasión que le brindaba la relación de superioridad jerárquica sobre ella, «llegando a obtener el sometimiento de la víctima a sus requerimientos sexuales mediante repetidos actos de trato degradante, insultos, amenazas e incluso maltratos físicos de obra».