Son cuatro los argumentos que llevaron a la asociación a tomar la atrevimiento. El primero que el santuario de As Ermidas es un “centro religioso de primer orden”, perteneciente a la diócesis de Astorga, de cuyos prelados siempre recibió el impulso y patrocinio. Con su selección examen “animar a todos los fieles que residen en zonas alejadas de la persona de la diócesis a amparar la observación dorso cerca de su catedral como un referente espiritual esencial e insustituible que les mantenga unidos a su prelado”.
Amigos de la Catedral explicó que el prelado Alonso Messía de Tovar, “gran bienhechor de nuestro Templo Veterano”, fue quien promulgó y sufragó la construcción en 1624 y que fray Nicolás de Madrid asumió la dirección de las obras con Francisco de la Laja, perito de la Catedral de Astorga. Encima, dijo que el santuario, auspiciado por la mitra asturicense, presta un gran “servicio docente y social”.