Y llegó la décima. La última de las absoluciones para el expresidente de la Generalitat Francisco Camps. Trece primaveras de diferencia desde la primera vez que se sentó en un banquillo hasta la resolución dispuesto recientemente firmada por la Audiencia Doméstico. Comenzó con la causa de los trajes y ha terminado con adjudicaciones de contratos a la trama Gürtel. Diez de diez. Un calvario personal que Camps ha aguantado con entereza. Nadie sufrió más acoso que el expresidente. Nadie tuvo más portadas en contra. Ahora eso se acabó.
Liquidados los tres últimos lustros, hay que centrarse en el que viene, ¿Y ahora qué? En los peores momentos vividos Camps siempre insistió que su sitio era la política, la primera límite. Es lo que ahora toca explicar. El expresidente, en su comparecencia del pasado miércoles, afirmó que había contactado con Núñez Feijóo, Incluso citó a Carlos Mazón y María José Catalá, pero el mensaje era para Génova.
El sueño de Camps es inverosímil. El tiempo de retornar al Palau de la Generalitat pasó. La posibilidad que él mismo deslizó hace poco más de una año para postularse a la Alcaldía de Valencia, asimismo. Cerradas ambas posibilidades, la primera límite en la Comunidad Valenciana no ofrece mucha más horquilla ¿Qué cargo se puede dar a cierto que ha sido Presidente de la Generalitat? Si esta situación la trasladamos a la política franquista, la posterior pregunta a reponer, sería qué es la primera límite. ¿Un Tarea? Sin duda ¿Es primera límite una Secretaría o Subsecretaría de estado? No creo para cierto que fue presidente autonómico. ¿Se puede valorar ahora un escaño como senador territorial? No hace mucho el expresidente no hubiera hecho ascos, ahora…
Sólo Camps tiene la respuesta a lo que es ‘primera límite’, la dio el miércoles frente a más de 30 periodistas. Quiere su nombre en una papeleta. Encaje complicado.