Un 22% de los adolescentes madrileños vapea a diario, un 133% más que en 2020, y la Comunidad planea frenar su uso


Vapear no es, aunque pueda parecerlo, una actividad inocua para la sanidad. Por eso en la Consejería de Sanidad están preocupados por el auge del uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores entre la población fresco. Según sus últimos datos, un 22 por ciento de los adolescentes de entre 15 y 16 primaveras los utilizan a diario, una sigla que supone un 133 por ciento más de la que se daba en 2020, y da idea del auge que está adquiriendo esta actividad.

En el día Mundial Sin tabaco, las autoridades sanitarias constatan un descenso considerable del consumo de esta sustancia entre los menores: un 80 por ciento menos respecto a finales de los 90. Pero sin incautación, crece la sigla de los que optan por cigarrillos electrónicos y vapeadores. Y por eso, el Gobierno regional está preparando un plan para frenar su uso.

La creencia sobre su inocuidad es «errónea», aclaran en la Consejería de Sanidad. Según un mensaje cuidado por la Dirección Universal de Sanidad Pública, uno de cada tres adolescentes de 15 y 16 primaveras afirma haberlos utilizado alguna ocasión en el extremo año, y un 22 por ciento lo hace diariamente. Este cifra supone un incremento del 133 por ciento, si se compara con el año 2020. Por otra parte, el 45 por ciento de estos usuarios además consume cigarrillos tradicionales.

El estudio además refleja, en relación con el tabaco, un descenso muy significativo de los fumadores de edades tempranas, un 80,25 por ciento menos respecto a finales de los primaveras 90. Sin incautación, actualmente un 8,7 por ciento de personas de 15 y 16 primaveras lo hace asiduamente.

Por ese motivo, el Ejecutor autonómico está preparando un Plan de Prevención que incluirá, encima, el refuerzo de la proposición de servicios y apoyo a los programas de deshabituación tabáquica, como la red sanitaria de Espacios sin humo -que integra a los hospitales y centros de sanidad que destacan por estas actividades-, así como las actuaciones que se realizan en la Atención Primaria.

Precisamente, este nivel asistencial de la sanidad pública madrileña ha iniciado este mes una investigación para conocer la experiencia de personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El primer paso ha consistido en expedir de forma aleatoria 1.506 mensajes al móvil, por SMS, a pacientes diagnosticados mayores de etapa. Esta energía se repetirá en una segunda oleada en noviembre y continuará durante dos primaveras.

A los participantes se les formulan 14 preguntas relacionadas con su percepción en las consultas, como la información y el trato que reciben por parte de los profesionales sanitarios. El objetivo es conocer las micción reales de estos usuarios y adaptarse a sus demandas.

El Plan de Prevención y Control de Tabaquismo se enmarca en un esquema de Alivio de Atención al Paciente con EPOC que se inició el pasado año para optimizar su público y bienestar, que incluye, por ejemplo, vigorizar el diagnosis precoz y control de la enfermedad con la praxis de espirometrías y formación del personal de Dispensario y Medicina de los centros de sanidad.

Estos últimos realizan seguimiento a 100.000 madrileños que la padecen, con valoraciones, exploraciones, plan de cuidados y revisión de tratamiento farmacológico.

La EPOC es una afección progresiva causada principalmente por el tabaquismo y la exposición prolongada a contaminantes del ventarrón y productos químicos, manifestándose en una obstrucción persistente del flujo sutil y una disminución irreversible de la función pulmonar. Es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial.

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