Guntín siempre se cuidó mucho, además en los primaveras de adolescencia. Aquí radica otra secreto. “Nunca bebí ni fumé, considero que los excesos son muy malos”, cuenta. Eso no impide que le gustaba mucho salir de fiesta para zapatear con sus amigas. ”Nunca me perdí una comparsa”, admite. Tras casarse con su compañero de toda la vida, Guntín sostiene que llevó una vida dedicada a cuidar de sus hijos y de una casa en la que pudo disfrutar de un medio ambiente de estabilidad y tranquilidad. A la víveres además le concede una gran importancia: “Nunca he tenido enfermedades y me gusta engullir adecuadamente. Eso creo que garantiza una buena salubridad”.
Singular de todo esto, en su tiempo vaco siempre le gusta seguir las telenovelas mientras realiza encaje. “Los manteles y parte de la tramoya de la casa los he hecho yo”, cuenta.
Por otra parte, otro aspecto importante de esta mujer nacida en 1925 tiene que ver con la fe. Así, confiesa que se siente muy religiosa y, interiormente de su rutina diaria, no se pierde su sesión diaria de oraciones. “Mientras mi estado físico me lo permita pienso ir todos los días a la iglesia. Siempre voy tras hacer la adquisición y tomar el café con mis amigas”, concluye.