los hechos que motivaron la decisión


El 2 de junio de 2014 el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció a los españoles que el rey Juan Carlos I había decidido retractarse en el Príncipe Felipe, tras casi cuatro décadas en el trono y en un momento en que su imagen estaba en horas bajas. Los escándalos salpicaban a otros miembros de la Grupo Actual.

En su discurso de ese día, el zaguero que dirigiría a los españoles desde el palacio de la Zarzuela, Don Juan Carlos explicó que la intrepidez la había tomado en enero de ese año, tras cumplir los 76 abriles, porque consideraba que había llegado el momento de que una “nueva engendramiento”.

Para calar a ese anuncio se habían vivido previamente meses de gran tensión para dar cumplimiento a la voluntad del monarca. El principal artista de todo ello fue el entonces dirigente de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. La imagen de un don Juan Carlos titubeante y que es incapaz de observar su discurso durante la Pascua Marcial el 6 de enero, un día posteriormente de celebrar su cumpleaños, precipitó los acontecimientos.

“Sí hubo alguna cavilación previa a si lo hacía o no, alguna tentación de hacerlo quizá antaño”, reconocía Spottorno esta semana en un acto en el Ateneo organizado por la Agrupación Sabatini, subrayando que “retractarse no debe ser una cosa comprensible” y por consiguiente “es sensato que se madure durante algún tiempo”. “La confirmación absoluta se produjo a finales de febrero o principios de marzo”, reconoce Spottorno.

Rafael Spottorno.
Rafael Spottorno.

En Zarzuela se creó un congregación de trabajo, en el que se incluyó a los entonces príncipes de Asturias. Spottorno admite que esos meses fueron muy duros porque no tenía a quién consultar. “No podía salir a los caminos y transitar preguntando cómo se organiza una abdicación”, bromea, si adecuadamente don Juan Carlos le brindó los nombres de dos o tres personas de su confianza para que le ayudaran en la tarea.

Una de esas personas fue Landelino Lavilla, expresidente del Congreso y exministro de Ecuanimidad, quien ayudó con el texto de la ley orgánica en el que se estaba trabajando. Junto a memorar que la Constitución, en su artículo 57.5, estipula que “las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica”.

Pero por otra parte del cómo, había que arriesgarse el cuándo, y se pensó que lo ideal era posteriormente de las elecciones europeas del 25 de mayo y antaño de verano, donado que las Cortes harían su parón veraniego. Esta intrepidez asimismo se tomó, según comenta Spottorno, teniendo en cuenta el contexto que había de puertas para fuera de la Casa del Rey y asimismo de puertas para internamente.

Oneroso crisis económica

España estaba sumida entonces en una tranquilo crisis económica y todos los sondeos auguraban que el bipartidismo iba a dejar de ser hegemónico y se iba a producir la irrupción de nuevas fuerzas en la Eurocámara, como finalmente ocurrió. Adicionalmente, el PSOE tenía prevista la celebración de un congreso antaño de final de año, que acabó adelantándose a julio tras el mal resultado en las europeas. A esto se sumaba que el clima en Cataluña se estaba caldeando y ya se auguraba una Diada “muy complicada”.

A nivel interno, en Zarzuela habían comenzado a realizar sondeos en marzo de 2012, y para principios de 2014 mostraban que eran más los españoles que desaprobaban la bono de don Juan Carlos que los que la aprobaban, mientras que en el caso del príncipe Felipe era al contrario. Tanto los reyes como los príncipes de Asturias estaban al tanto de estos datos.

Por aquel entonces, recuerda Spottorno, el caso Noos por el que terminó siendo condenado Iñaki Urdangarin, entonces marido de la infanta Cristina, y la hija último del rey llegó a estar imputada, “estaba en todo su furor”.

En abril de 2012 se había producido asimismo otro hecho que marcó un punto de inflexión en el reinado: el montaña durante una cetrería en Botsuana. Don Juan Carlos sufrió una caída y se fracturó la cadera, por lo que tuvo que ser trasladado de necesidad a España para ser operado.

A su salida del hospital, y frente a la polémica que había suscitado su alucinación, el monarca entonó el ahora ya renombrado: “Lo siento. Me he errado. No volverá a ocurrir”. Aquel alucinación asimismo hizo que los españoles supieran por primera vez de la existencia de una amiga muy distinto del rey, Corina Larssen.

Todos estos factores, según el entonces dirigente de la Casa del Rey, sumaban un “medio ambiente muy enrarecido” y producían una “sensación de final de ciclo”. La abdicación “se podría acontecer hecho antaño lo que no estoy seguro es que se hubiera podido acontecer hecho posteriormente”, subraya. “El momento era ese, el perspicacia político de don Juan Carlos no le falló”.

Motivos

En cuanto a los motivos que llevaron a quien había sido rey durante 39 abriles a dar un paso a un banda, Spottorno envite por quedarse con las explicaciones que él mismo ofreció en su discurso del 2 de junio, en el que dio por cumplido su compromiso de cuatro décadas antaño de “servir a los intereses generales de España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa”. n

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