«Feijóo debe definir su relación con Vox como estadista, no como político»


—Usted subtitula su obra como «una historia crítica de la derecha española». Le demando: la derecha española merece una crítica, ¿verdad?

—Pues sí, porque posteriormente de casi medio siglo de democracia ha gobernado 14 primaveras, y el resto la izquierda. Incluso ha permitido que en el subconsciente de una mayoría de españoles parezca que la izquierda acaba de demorar y se ha opuesto todo mal. Hay poco que no ha funcionado y eso que 8 primaveras fueron con mayoría absoluta. Hay una mayoría social clara en la sociedad española de concluir con la etapa Sánchez. Pues no es posible, como se vio el 23-J.

—¿Cuál ha sido el desacierto?

—Tres grandes agujeros negros de la derecha española desde que la fundó Manuel Fraga en la Embajada de Londres: confuso frente a una izquierda que no se ha enterado de que cayó el pared de Berlín; una incapacidad manifiesta para comunicar sus mensajes; y una teórica superioridad honesto de la izquierda que en ingenuidad no tiene.

—¿La derecha española se ha sacudido el franquismo?

—La derecha ha querido olvidarlo. El franquismo sigue presente en la izquierda flagrante, porque Felipe pasó página. Pero la derecha democrática es incapacidad de asegurar ‘pasó lo que pasó, nosotros somos otra cosa’. Presentarse como los republicanos norteamericanos, la CDU, o las grandes formaciones populares del mundo vacuo.

—En su portada hay cuatro rostros. Defínamelos en una frase. Fraga

—Ya lo dijo Felipe González: le cabía el Estado en la habitante. Pero las vísceras vencieron al enorme cerebro que tenía. Una de las exclusivas de este obra es el gran error que cometió, que se lo dijo Margaret Thatcher: usted nunca llegará a primer ministro, ha puesto en peligro la Alianza Atlántica. Fue un gran error y acabó suponiendo su caída.

—Aznar.

—Tuvo una primera plazo brillante y luego empezó a levitar como Santa Teresa.

—Rajoy.

—Salvó al país tras la terrible herencia económica de Zapatero, pero políticamente no quiso enterarse de ausencia.

—Se ha saltado usted a Casado.

—A Casado le faltaban diez o quince primaveras para ser el líder que necesita la derecha democrática.

—Feijóo.

Tuvo todas las condiciones el 23J y ya sólo le queda una oportunidad.

—Oiga, ¿y Vox?

—A lo dadivoso de los 50 primaveras que yo historio en el obra, un correctamente de Estado fue la mecanismo de toda la derecha.

—¿Esto es mérito de Fraga o de Aznar?

—De los dos. Era un correctamente de Estado. Eso se rompió entre otras cosas por la alzamiento catalana y ahora Feijóo tiene que demostrar que es un gobernante una vez que defina su relación con Vox, que yo no sé cuál va a ser. Tiene que ser más un gobernante que un político, es la asignatura más importante de su carrera política. Feijóo debe explicar su relación con Vox como gobernante, no como político.

—Es usted el cronista de la derecha española.

—Es el postrero obra que escribo.

—¿Por qué?

—Porque soy de otra gestación. Yo hice mi proposición sobre el genérico De Gaulle, salvador dos veces de Francia. Él decía: «Hay que entender retirarse a tiempo». Y esto se puede aplicar a políticos y a periodistas.

—Es usted el Toni Kroos del periodismo político castellano.

-Jajaja, y usted es un cachondo.

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