Altri defiende su proyecto frente a la «desinformación» y los argumentos «falsos»


Miembros de Altri han mantenido este lunes una rueda de prensa en Santiago de Compostela para tratar en detalle cuestiones relativas al plan Variedad, por el que se plantea la implantación de una manufactura de fibras textiles y lyocell a cojín de pasta soluble celulósica en Palas de Rei (Lugo). Una cita en la que el CEO de la pastera lusa, José Soares de Pina, ha reiterado el carácter revolucionario de la iniciativa, una «oportunidad única» para poner en valía la riqueza que tiene la comunidad gallega, y que pesquisa aportar una alternativa a una de las industrias más contaminantes del mundo, la textil, que cada año genera 5 millones de toneladas de residuos textiles solo en Europa. Un plan que está actualmente salpicado por «desinformación», ha asegurado, con argumentos en muchos casos «falsos» que influyen en su percepción social.

Preguntado sobre las 23.000 alegaciones que se han presentado al plan y la manifestación celebrada el pasado 26 de mayo en Palas, donde las organizaciones convocantes cifraron la guarismo de asistentes en unas 20.000 personas, el CEO de Altri ha puntualizado que la guarismo de alegaciones y de alegantes no es la misma, y que, en todo caso, van a «dar una respuesta efectiva, un proceso que puede que tome más tiempo porque hay que hacerlo con cuidado y transparencia». Asimismo, ha agradecido que este tipo de proyectos acostumbran a difundir opiniones diversas, pero ha puntualizado que en este caso, «muchos de los argumentos» que propiciaron dicha marcha se basan en «desinformación» y «son falsos». «Siempre surge un argumento nuevo con la intención de crear sorpresa», ha asegurado, citando algunos como que va a ser la planta más contaminante de España, que va a dañar las aguas del río y de la ría, que perjudicará la sostenibilidad del monte, que generará emisiones perjudiciales para la vigor o que solo se crearán 200 puestos de trabajo, cuando está especificado en el DOG que la estimación es de 500 empleados. Una cuestión que ha considerado «muy importante en la percepción que se puede tener» del plan, y que ha contrastado con las reuniones mantenidas con múltiples organismos, que «siempre terminaron con un interés y una muestra de apoyo importante».

Es el caso de un crónica publicado hace dos semanas, en el que se indicaba que la planta de Palas sería, en algunos indicadores, la celulosa más contaminante del Estado, del que asimismo ha entrado a valorar su contenido. «Asegurar por ejemplo que Celbi, que es la longevo planta que tenemos en Portugal con una capacidad de 800.000 toneladas» principalmente para la industria papelera, va a tener menos emisiones que un plan como el de Palas, que tendrá beocio producción y «tecnología de última coexistentes», es «desinformación». «No es verdadero, y no es inductivo. No hay ningún solo inversor», tanto en Galicia, como en España, en Portugal o en Europa, ha dicho, «que se ponga a hacer una inversión con esta dimensión sin tener los datos muy claros, muy trabajados y muy coherentes», que es, ha añadido, lo que han hecho, en cojín a la norma válido y asimismo con la intención de poner en valía la industria forestal gallega y los medios de los que dispone. Y al respecto, asimismo han querido puntualizar que el C02 que se generará en planta no es derivado de combustibles fósiles, sino de la combustión de los compuestos orgánicos de la madera diferentes a la celulosa de la que se extraerá energía.

«Cuando se dice que ‘Fibras textiles sí, pero celulosa no’, ¿esto qué quiere proponer?», se ha preguntado, porque no hay una forma mágica de hacerla, y solo fibras textiles se puede hacer en «todas las partes del mundo», incluido Portugal. Así, ha desmentido que se haya «ocultado» desde un principio la producción de celulosa soluble para la industria textil, volviendo a preguntarse «cómo se puede cuchichear de cerrar el ciclo de la madera y luego proponer que solo queremos fibras textiles». «Hemos recibido múltiples expresiones de interés de alcaldes» que desde la empresa han «escuchado con mucho interés», porque «al final se tiene que ubicar donde, de forma realista, se pueda hacer», condicionado por la topografía del circunscripción, el llegada al agua y a la materia prima, principalmente.

«Hoy tenemos integración total con todas las comunidades que nos acogen» y relaciones «excelentes» con ellas, ha asegurado, desmintiendo que sea un plan «que no quieren en Portugal». Al respecto, ha señalado que el corregidor de Vila Velha de Rodao, donde tienen la planta de Biotek, ha mostrado su disgusto porque la inversión no se quede en el municipio pero que, en última instancia, el transporte de la materia prima hasta allí no solo podría mermar la viabilidad económica de la planta, sino que aumentaría la huella de carbono. «Nosotros no hacemos inversiones en espacios donde las comunidades donde nos integramos no quieren esas instalaciones», ha dicho.

De este modo, ha vuelto ha poner de manifiesto que se prostitución de una manufactura puntera, la primera en el mundo que integrará el proceso de producción de pasta soluble y de lyocell, que tiene una huella de carbono muy inferior a la de otros materiales – 0,1t de CO2 por cada tonelada de lyocell producida en Greenfiber, frente a las 6t generadas en la producción de 1t de algodón y las 12t de poliéster-. «Hoy se producen fibras solubles en Brasil, se envía a Tailandia para producir el lyocell, posteriormente a China quizás para producir el hilo, de China a Turquía para producir el tejido y de allí vuelve al ideal de Portugal o a España para hacer las prendas», un proceso industrial que la industria ya está trabajando por modificar y en el que Galicia podría situarse a la vanguardia.

«En Europa, se están generando todos los primaveras 5 millones de toneladas de residuos textiles», ha explicado, de las que reciclan un 2%, y atracar esta problemática es actualmente «un tema muy importante» interiormente de la propia industria. Por eso, la intención es, encima de producir una fibra vegetal 100% reciclable, una vez la actividad de la planta sea estable, crear una planta piloto de reciclaje en el proceso productivo, con un espacio ya reservado para un centro de progreso tecnológico orientado al reciclaje.

Un plan que, con todo, aún tiene muchos cabos sueltos. Actualmente, ha indicado el CEO, tienen en cuenta dos criterios muy importantes para tomar una osadía final de inversión. El primero, es tener «seguridad jurídica, que viene con la osadía integrada ambiental». El segundo es un aspecto en el que han sido «muy claros», esto es: «el plan requiere una financiación de un 25% de fondos públicos». En este sentido, ha indicado que han tenido «un diálogo muy fluido con la suministro central y la suministro regional» y, si proporcionadamente la confirmación requiere un proceso, «la voluntad que nos han expresado todas las partes es muy positiva para aparecer a una conclusión final de financiación que pueda permitir la viabilidad del plan».

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