Expertos critican la falta de un plan para paliar el calor en Ourense



Ourense se prepara para afrontar otro verano con los termómetros disparados. La equivocación de planificación por parte del Concello en este ámbito volverá a pincharse las calles cuando el calor apriete, en una ciudad que cada año ve menguar sus sombras y zonas verdes en valía del asfalto.

En este sentido la Biblioteca Nós acoge desde este lunes las jornadas de debate sobre los modos de acoplamiento de los territorios y de las formas de vida al aumento de las temperaturas derivadas del cambio climático. La iniciativa tiene por nombre “Escuela de Calor. ¿Refugios climáticos en Ourense?” y está organizada por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela y de la francesa de Toulouse.

Si no cuentas con un plan normal de planificación urbana al día no puedes acometer las mejoras que se deben implantar

La votación de Ourense como sede de este discusión no es casual. “Hemos planteado esta Escuela de Calor en Ourense porque es una de las ciudades que tiene veranos más calurosos y sufre de veterano estrés térmico”, afirma Julia Hidalgo, investigadora del Centro Franquista de Investigaciones Científicas de Francia y una de las responsables del tesina.

10.000 árboles sin plantar

La medida fortuna de Gonzalo Pérez Jácome, corregidor de Ourense, para ocultar los pertenencias del calor fue anunciar la plantación de 10.000 árboles en el entorno urbano. Desde que se comunicó ese objetivo han pasado ya dos abriles y los árboles no solo no han llegado, sino que la población arbórea sigue disminuyendo entre obras y retirada de ejemplares en mal estado. “El anunciar una emblema replica a una organización de comunicación. Detrás de ese anuncio debe favor un corro de expertos que estudien dónde hace equivocación sombra y que analicen las infraestructuras subterráneas para que no haya ningún impedimento”, explica la investigadora. 

 Julia Hidalgo señala la importancia de contar con un plan ambiental en la ciudad, poco para lo que Ourense va tarde y mal. “Uno de los problemas que tiene Ourense es que estas cuestiones de acoplamiento climática se tienen que planificar con tiempo. Si no cuentas con un plan normal de planificación urbana al día no puedes acometer las mejoras que se deben implantar. Encima, hay financiación tanto a nivel estatal como europeo, pero hay que querer ir a vislumbrar esos fondos”. 

Medidas para mejorar

Entre estas medidas a tolerar lengua para mejorar las condiciones climáticas están la creación de zonas verdes, el mejor rendimiento del agua, adaptar la construcción utilizando materiales más resistentes al calor y adaptar los modos de vida y trabajo a las condiciones climáticas.

La investigadora igualmente recalca la importancia de contar con investigadores y expertos a la hora de implantar medidas contra el cambio climático. “Observamos que los ayuntamientos que cuentan con grupos de investigación regional relacionados con el clima para tolerar a lengua sus planificaciones urbanas, tienen un mejor funcionamiento”. 

Los puentes de la ciudad y el Miño, contra las altas temperaturas

La peculiar topografía de la ciudad hace que las temperaturas se eleven en verano hasta marcar en muchas ocasiones la máxima franquista. “La composición de la ciudad en forma de valle hace que aumenten sus temperaturas de forma considerable durante el verano. Encima, es una ciudad con un potencial natural pequeño”, explica Julia Hidalgo.

En este sentido, uno de los pocos bienes naturales que tiene Ourense para mitigar el calor es el río Miño a su paso por la ciudad. “Siempre se piensa en la manto vegetal a la hora de refrescar una ciudad, pero Ourense tiene un arbitrio natural como el río Miño. El problema es que está más explotado por su relación con el termalismo, por lo que el río está poco adaptado para zonas de baño y no se aprovecha lo suficiente esa otra punto de vista que puede aportar a Ourense en su lucha contra el calor”, afirma la investigadora.

Sombra bajo los puentes

Otra de las investigaciones que se llevarán a lengua durante las jornadas de la Escuela de Calor serán las posibilidades de sombra que ofrecen las infraestructuras de la ciudad. “Queremos observar las posibilidades de sombra que ofrecen los múltiples puentes de la ciudad. Al fin y al lengua son espacios públicos que están desaprovechados y que se podrían pensar como refugios climáticos aprovechables en un futuro próximo”. 

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *