Mad Cool reduce su aforo hasta las 58.000 personas, 8.000 menos que en 2023


Tras un estreno polémico, Mad Cool repite este verano en el macrorrecinto del distrito de Villaverde. Con cambios. El festival reduce su cabida en 8.000 personas, hasta un mayor diario de 58.000, y modifica la movilidad en la zona para evitar los colapsos del año pasado. La principal novedad: la temporada de Cercanías de Villaverde Stop estará abierta hasta las 4 de la mañana, con trenes cada 10 minutos para permitir la salida de los asistentes. Los organizadores asimismo han ampliado el número de accesos al perímetro, de uno a tres, y reconfigurado los puntos de lanzaderas de autobuses y paradas de taxis y VTC. El objetivo es que «el flujo de sabido vaya cerca de el polígono, en vez de cerca de los vecinos», aseguran los organizadores.

Aunque aún faltan algunos detalles por concretar, el plan de movilidad contempla un refuerzo de trenes y autobuses. El festival paga 400.000 euros por ese transporte adicional. Los miles de asistentes podrán impresionar en Renfe (estaciones de San Cristóbal de los Ángeles y Villaverde Stop), Medida (Villaverde Stop) y autobús (lanzaderas desde Getafe y puntos céntricos de Madrid todavía por concretar). El camino de salida incluye frecuencias de paso de 10 minutos en Cercanías (solo en Villaverde Stop) y Medida (Villaverde Stop), asimismo autobuses que enviarán a los festivaleros a otras zonas perfectamente comunicadas de Madrid, como Atocha, Legazpi o Embajadores. Estos servicios estarán operativos hasta las 4 de la mañana y su inicio dependerá de los horarios de cada comienzo de cartel.

Mad Cool tuvo que mudarse el año pasado de Valdebebas, un espacio que ocupará la Fórmula 1 y la inminente ampliación de Ifema y que mermaba el cabida del festival a unas 35.000 personas. El nuevo perímetro de Iberdrola Music en Villaverde, con 85.000 metros cuadrados y una capacidad total para 100.000 personas, era la mejor alternativa. Sin confiscación, se levanta a 300 metros de las viviendas del ideal de Getafe y a 500 metros de la Colonia Marconi, un polígono y zona residencial en el distrito madrileño de Villaverde.

El estreno del Iberdrola Music, primero con Mad Cool y posteriormente con Harry Styles, fue caótico, con calles saturadas de tráfico e incumplimientos de ruido. Sin confiscación, desde el festival aseguran que «han aprendido mucho de los errores». La empresa organizadora desplegará un millar de personas para certificar la seguridad del evento (un centenar más que en 2023), con un equipo específico de informadores a pie de calle para enfilar a los festivaleros. El plan para los próximos 10, 11, 12. y 13 de julio consiste en manejar el flujo de sabido y evitar mayores molestias a los vecinos. El ruido es otra de las quejas.

El año pasado, el festival movió algunos altavoces, pero no consiguió evitar una multa de 22.000 euros por rebasar los límites que marca la estatuto del Comunidad de Madrid. Este verano, el Mad Cool reducirá de ocho a seis el número de escenarios. Los horarios son inamovibles por las altas temperaturas: el festival arranca a las seis de la tarde y termina sobre las dos de la alboreo. Por ahora, será el único evento que acogerá el Iberdrola Music. Un festival para seguir probando la operatividad de un macrorrecinto que, según los organizadores, promete ser el zona para los grandes eventos de la haber.

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