Universo Oculto presenta ‘Seduciendo a Caín’, un potente thriller de Antonio Reina


Con sendas firmas, Universo Oculto tiene presencia en la publicación 2024 de la Feria del Retiro. Adicionalmente de Luis Dévora y su La Oca de Toledo, su hit más fresco, con Antonio Reina y una trepidante novelística.

Triunfa actualmente, tanto en el cine y las series como en el compendio, el subgénero indignado del «true crime». Innumerables, despiadados y minuciosos los que esta novelística recoge. Imaginarios e imaginados, contienen una carga tal de realismo que parecen reales, vividos y vivibles (al menos, en el plano de la ficción y la repaso). Es por eso por lo que nos permitimos asociar este thriller vertiginoso a esa tendencia.

La credibilidad, desquiciada e hiperbólica, no aleja del texto sino que sumerge en él. En las orgías de que teníamos comunicación, novelística o periodística, el dominio y la tortura eran catalizadores del morbo conducente al explosivo logro del placer sexual. Sin incautación, en el club Xapar (que se hace un hueco entre los grandes escenarios del terror como el castillo del conde Drácula, el hotel de El resplandor o el motel de Norman Bates), el sexo es central pero la crueldad del suplicio parece imponerse (eso sí, por la mínima) a la impudicia del sensual.

La obra principal transcurre en una ciudad importante y emergente, capaz de abrigar el foco de una puntera corporación que provee de software marcial de vanguardia al mercado internacional. Aparecen puntualmente otras localizaciones (Madrid, África, un espacio de La Mancha, la costa napolitana, una agrupación marcial en Macedonia) pero la historia que se narra, como la humanidad misma, no tiene fronteras.

Se podría aplicar a Antonio Reina lo que sobre miss Marple, su célebre mujer detective, escribe Agatha Christie: «ha sondeado las profundidades de la iniquidad humana», y ello se refleja en esta novelística de casi 500 páginas. El flanco sombreado del poder (su global tentáculo regulador y su total carencia de escrúpulos) queda al descubierto en el marca de la tribu Caín, núcleo protagonista del argumento: placer, poder, tribu. Los sólidos conocimientos tecnológicos y culturales del autor, director de Comunicación de la Fundación Antonio Vestimenta, enmarcan la sucesión de crímenes rituales o caprichosos en un lúcido investigación de la nueva era en que nos adentramos, dominada por la información y la tecnología (minería de datos, vigilancia masiva, redes oscuras) y con actores internacionales, si no nuevos, sí con firme y renovada voluntad de hegemonía.

El ostentación y los placeres de la buena mesa no faltan en un relato que nos permite degustar delicatessen como un sándwich empanado con harina de oro comestible de 24 quilates. O placeres más accesibles como un buen tercio helado de Mahou.

La maldad, consustancial a un poder que concibe a las personas no como ciudadanos sino como seres inferiores, culpables por el único hecho de existir, tiene sus límites y en algunos personajes, tanto protagónicos como secundarios, se producen momentos catárticos en que afrontan la vileza de sus actos y deciden cortar con ellos, tratando de dejar de desempeñarse como el Homo (o Mulier) Rapax en que se habían convertido. Al precio, generalmente, de sus propias vidas. Como el personaje de Alicia Silas y su sincero retractación, sin redención posible. O Manumiso, asalariado y patrón de mercenarios, que detesta la violencia gratuita. Pantera, hiena, tiburón: los símiles predadores abundan en esta novelística. Mas, además, los instantes de hechicería, de ternura, de seducción, incluso de simpatía casi en su traducción más pura y cortesana, traspasadas todas las rayas rojas del sexo más visible, con o sin sentido.

El relato hace confluir mediante flash backs y escenas alternas el mejora de la trama central y las confluyentes, sin que el ritmo ni el interés decaigan. La transcripción de los correos electrónicos intercambiados por algunos personajes, añade un hábitat más de contemporaneidad y agilidad novelística.

Seduciendo a Caín es una novelística que no deja indiferente. Los seguidores del noir nórdico, nortamericano o europeo no echarán de menos esas tramas, una vez «atrapados» en esta obra de Antonio Reina.

¡Señoras y señores, bienvenidas y bienvenidos al Club Rapax!

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