El PP abraza al expresidente socialista en su ofensiva contra Pedro Sánchez
El expresidente del Gobierno y exsecretario general del PSOE, Felipe González, no quiso ahondar en el herida interna del PSOE por la presunta amnistía, pero lanzó algunos mensajes más o menos entre líneas el día en que se conoció la expulsión de Nicolás Redondo Terreros por, precisamente, oponerse a las concesiones a los independentistas. Y de sus palabras podemos interpretar un malestar que viene expresando desde hace semanas.
González afirmó que quien no es polémico es quien se lo traga todo y uno entiende lo que eso significa y, sin reiterar su crítica A la actual dirección de su partido, enfatizó que me siento libre porque digo lo que pienso y responsable porque pienso lo que digo.
Lo hizo en un evento en el que contó con el apoyo de buena parte del público Altos funcionarios del PP andaluz, con Juanma Moreno al frente. El presidente del Parlamento autonómico, Jesús Aguirre; El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y el senador Javier Arenas fueron algunos de los ilustres que no quisieron perderse el homenaje a González que le rindieron la Cámara de Comercio de Sevilla y las cámaras iberoamericanas.
Nada casual, ya que el PP andaluz ha abrazado al expresidente socialista en su ofensiva contra Pedro Sánchez por la presunta amnistía y concesiones territoriales a los independentistas catalanes y ante la ambigüedad del socialismo andaluz liderado por Juan Espadas, presente también en un homenaje al que asistieron socialistas históricos como Alfonso Guerra o José Rodríguez de la Borbolla, además de Manuel Chaves.
El Partido Popular ha encontrado en el expresidente del Gobierno un su mejor ariete contra Pedro Sánchez en su ofensiva contra la amnistía que los independentistas catalanes pretenden arrancarle a cambio de su apoyo en la investidura. En particular, el PP andaluz de Juanma Moreno ha abrazado a González y su rotundo rechazo a las concesiones a los soberanistas para poner de relieve la división en el PSOE y ante la ambigüedad que mantiene la federación andaluza de Juan Espadas.
Moreno dijo de él que es un líder de vida y un referente para quienes entendemos España desde la moderación y el sentido de Estado, unas palabras para nada casuales, elegidas para contrastar al expresidente con el actual líder del PSOE.
Moreno lamentó que no lo escuches y expresó su admiración sin importar las diferencias políticas.
Fue el propio Felipe González quien hace una semana inauguró el caja de truenos del PSOE dando voz al estupor y al enfado que ha provocado en un sector del partido la predisposición de la dirección a conceder una amnistía a los líderes independentistas catalanes acusados y condenados por el 1-O.
En una entrevista en Onda Cero Radio, el expresidente del Gobierno fue taxativo y afirmó que ni la amnistía ni la autodeterminación encajan en la Constitución al tiempo que advirtió que se están atacando los cimientos de nuestra democracia y convivencia.
Incluso confesó que le costó votar a su partido, el PSOE, en los últimos elecciones generales.
Su dura crítica marcó el camino para un buen número de líderes históricos del PSOE igualmente contrario a las concesiones ilimitadas a los soberanistas a cambio de la investidura. Alfonso Guerra -que le acompañó ayer en Sevilla-, Ramón Juregui, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Joaquín Almunia expresaron más o menos claramente su posición crítica con la dirección de Pedro Sánchez.