Que siga o espectáculo



“Victory Time” estrena su segunda temporada en HBO Max. Se trata de un gran evento para los aficionados al baloncesto –y no sólo– que disfrutarán de nuevos capítulos de las mejores series de ficción deportiva en el Hoxe Day. También en esta nueva temporada de Victoria el tiempo o el espectáculo está asegurado.

La serie se centra en una de las épocas gloriosas de la NBA, finales de los setenta y principios de los veinte, cuando en ‘showtime’ irrumpen en escena dos Los Angeles Lakers, revolucionando por completo el concepto de entretenimiento y elevándolo a modernidad. Si bien inicialmente se centraron en el nacimiento de esta filosofía empresarial que mezclaba un juego fuera del campo rápido y atractivo con un marketing de vanguardia en el campo, estos nuevos capítulos se centran en los años siguientes en la rivalidad histórica entre Earvin ‘Magic’ Johnson y Larry Bird. Este último, que en la primera temporada de la serie juega un papel más marxista, cobra aquí protagonismo. Hay un capítulo biográfico muy emotivo donde se indaga en su origen humilde y su relación con su padre, una historia de la ‘guerra corta’ de Corea, con problemas de alcoholismo y una muerte suicida cuando Bird tenía 19 años. Pero Time of Victory sigue siendo ante todo una serie coral. La vida de cada uno de los dos protagonistas se cuenta con empatía y gran detalle. Los altibajos de la fama, las primeras consecuencias del libertinaje desenfrenado de Magic Johnson, o el despido de Paul Westhead y el ascenso de Pat Riley, además de la vida de Larry Bird, ocupan un espacio igualmente fundamental en estas nuevas narrativas.

El creador de la serie, Adam McKay, vuelve a resucitar una década de espectáculo dentro y fuera del campo con la misma posición en una escena impecable, mezclando diferentes formatos, desde el cine al celuloide, pasando por el vídeo digital y el super-8, creando una Resultado muy cautivador y original. Los videorreportajes y las falsas grabaciones locales mantienen el pulso de la frenética narración mientras los personajes hablan a la cámara, rompiendo todas las convenciones de la narración más tradicional. La segunda temporada de Time of Victory confirma que uno de los dos mayores méritos de esta serie no es su carácter formal. Por ejemplo -solo por citar una de estas escenas principales- el plano secuencia simulado al final del capítulo 6, donde los equipos rivales de los Celtics y los Lakers se fusionan en un solo movimiento de cámara, es un excelente recurso formal para resumir el playoff de las dos conferencias y resaltar cómo ambos equipos se enfrentan en el mismo juego.

Por otro lado, siempre hay un guión sólido y un excelente reparto de actores que van desde John C. Reilly hasta Adrien Brody, Jason Clarke, Sean Patrick Small, Jason Seguel y Hadley Robinson, entre otros. Tiempo de victoria podría valer tanto como documento histórico –aunque sea una ficción– como puro entretenimiento. En la segunda temporada, mantén el primer listón muy alto. Cada capítulo es un deleite para la vista y una alegría para los nostálgicos de las épocas más doradas de la NBA. Sin pérdidas.

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