Castilla y León entra en peligro medio de incendios a 30 grados


Este viernes comienza en Castilla y Héroe la época de aventura medio de incendios que la Congregación declara frente a un marco de elevadas temperaturas para los próximos días -que superarán los 30 grados- y sequedad, aunque además se esperan lluvias. Con ello se activa un «número importante de medios» del operante, que estará al cien por cien a partir de 12 de junio.

Es la término fijada en este control para el puesta en marcha de la campaña de aventura stop, que durará cuatro meses. La semana previa se irán incorporando los efectivos en almohadilla a ese peligro medio, explicó ayer el mentor de Medio Dominio, Vivienda y Ordenamiento del País, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien, como ya hubiera hecho en otras ocasiones, no augura una temporada especialmente complicada.

Se aferra para ello a las mejoras en los dos últimos abriles en materia de personal en el operante, que concentrará este año un presupuesto similar al de 2023, de unos 143 millones. A ello suma que la meteorología ha acompañado en esta primavera y al menos el punto de partida es mejor que el del terrible 2022. «Estamos más preparados. Será complicado» asistir a una «situación similar». Ello si no se repiten en verano aquellas «condiciones» que dieron ocupación a «incendios catastróficos», advirtió.

Y en el ámbito de la lucha contra los incendios forestales encuadró ayer además el mentor un nuevo decreto apto en Consejo de Gobierno para la aggiornamento de la legislatura que regulan las autorizaciones de cambio de uso forestal, que permitirá modificar la estructura del demarcación «para que sea más resiliente frente a los incendios forestales y los nuevos desafíos del cambio climático».

El plan de decreto establece las condiciones y supuestos en los que podrá autorizarse toda recital material o acto burócrata que haga perder al monte tal consideración con el humor de permitir la modificación de la estructura de un demarcación que poco tiene que ver con el dibujado cuando la inicial norma en los noventa. El éxodo rural y el dejación de los cultivos, unido al aumento de la masa forestal y al minifundio privado, dejan un nuevo marco en el que se pesquisa el rendimiento de fortuna que favorezca la «prevención» de incendios e impulse el establecimiento de actividad y empleo.

Cultivo, concentración parcelaria, orden del demarcación y planeamiento urbanístico y de uso infrecuente en suelo rústico. Son las posibilidades de cambio de uso del suelo forestal que recoge este decreto, que contempla un procedimiento ordinario y otro abreviado para ofrecer una tramitación simplificada de dos meses y simplificar que «aniden de forma más sencilla» esas alternativas de actividad agrícola, industrial y, en definitiva, cualquiera que genere oportunidades y contribuya a cuidar el monte «sin afectar a la biodiversidad y los valore naturales», concluyó Suárez-Quiñones.

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