proliferan numerosos ejemplares por las altas temperaturas


En los últimos días, Madrid ya ha respirado bullicio veraniego, con temperaturas altas que superaban los 30º C en gran parte de la caudal. Las ventanas de los vecindarios se abrían de par en par para que las casas ‘respiren’ y, de repente, las polillas tomaban sus aposentos, dando punto a algún susto que otro a sus residentes. Incluso cuando uno iba a tender la ropa, volaba uno de estos ejemplares para sorpresa del ‘tendedor’. La imagen se ha cliché en numerosos barrios madrileños y tiene una explicación: hay una proliferación de polillas gigantes.

Con hasta cuatro centímetros de largura, estos insectos pueden datar a sobresaltar a la población, pero la efectividad es que, pese a poder ser molestos, no son peligrosos para el ser humano, posiblemente lo sea más el insecticida que muchos utilizan para destruir con ellas. Sea como fuere, estas polillas han aumentado de modo abultada, como ya ocurrió en 2013, adecuado a varios motivos: el aumento de las temperaturas, la poca presencia de depredadores y factores migratorios.

Han sido numerosos los vecinos que han utilizado las redes sociales para quejarse de la invasión de polillas en tendederos y en los hogares de los madrileños. «No para, no para. Por patrocinio, que exterminen las polillas ya», señalaba un usufructuario en ‘X’. «¿Qué está pasando con la plaga de polillas gigantes en Madrid? Anoche cuatro, hoy llevamos tres… no puedo con ellas, me dan muchísimo asco», comentaba otro ciudadano.

Desde el Área de Control de Vectores de Madrid Sanidad han obligado que «desde finales de mayo se han venido recibiendo cierto número de avisos sobre actividad de polillas ambientales diurnas (lepidóptera)», aunque, «no ha sido, en todo caso, un número de avisos muy destacado». En todo caso, han recordado que «no se estima aventura relevante alguno», ni se ha procedido a ningún tipo de tratamiento de control con insecticidas. «En este caso, son totalmente innecesarios y perjudiciales desde el punto de aspecto medioambiental», han apostillado.

Algunos expertos ya han trasladado que en menos de un mes la invasión de polillas debería poseer terminado, aunque todo dependerá de cómo evolucione la situación, a nivel de factores medioambientales y biológicos. En cualquier caso, el mensaje de las autoridades siempre es de tranquilidad, pues el hecho de que no sea un bicho venenoso y que no ataque ya es motivo suficiente para acostarse tranquilos.

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