Pablo Antonio S.H., seudónimo ‘Chiqui’, estaba en plenas facultades en la trágica albor en la que arrebató la vida de su vecino en el rellano y se atrincheró merienda horas en su casa de Santovenia (Valladolid) armado con un fusil con el que a posteriori dispararía mortalmente al cabecilla de la Pelotón Distinto de Intervención de la Cuidado Civil que acudió al aviso. Así lo certifica el noticia pericial psicológico que este viernes han defendido en el prudencia por el doble crimen dos médicos forenses que reconocieron al imputado para determinar su división de imputabilidad y que descartaron que estuviera bajo los género de las drogas la incertidumbre de autos.
Durante la sexta recorrido del prudencia que por estos hechos se sigue desde el viernes de la pasada semana por el procedimiento de tribunal en la Audiencia de Valladolid, centrada en la prueba pericial, los perito han mantenido que el destacado encontraba en «plenas facultades volitivas e intelectivas» y no presenta ninguna «cambio psicopatológica», informa Ep. Entienden que el destacado no sufre enfermedad mental ni psicológica alguna, aunque «sí rasgos de una personalidad antisocial con referencias de drogadicción pero con amplios periodos de continencia«.
Con respecto a dicha suma, han rechazado que aquella albor hubiera consumido o se encontrara bajo el síndrome de continencia, «tal y como él mismo reconoció tras los hechos», y han coincidido en que el día de autos ‘Chiqui’ mantuvo una «conducta reflexiva y organizada, pues recordaba de forma minuciosa muchos detalles, y presentaba un control de los impulsos, incompatible con suceder consumido droga«.
«Había discutido con el vecino, le estaba esperando, abre la puerta y efectúa un disparo certero y, adicionalmente, dice que no disparó al hijo de la víctima porque no quiso. Todo eso demuestra una conducta reflexiva y un control total de sus impulsos», han recordado los peritos en cuanto a los que en su día les relató ‘Chiqui’ durante la entrevista a la que le sometieron.
Han discrepado asimismo respecto de un diagnosis de trastorno delirante crónico que obra en el historial del destacado firmado por dos médicos del Hospital Clínico Universitario, pues, tal y como han experto, de ser así se hallaría ingresado en un centro psiquiátrico en caso de no seguir la prescripción pautada.
En cuanto a la pericial sobre la necropsia practicada a la primera de las víctimas, ‘Dioni’, otros forenses han especificado que recibió el impacto de un proyectil en el estómago a cierta distancia; es opinar, que no fue a bocajarro, y que, adicionalmente, presentaba lesiones en un ojo y la ceja izquierdos, compatibles estas últimas con la auténtico pelea que ayer había tenido con su verduguillo y la clan de éste y que desencadenó aquella albor de familia a la que se sumó horas a posteriori, asimismo como víctima, el defensa civil llegado de Valdemoro (Madrid) para tratar de detener al encausado.
«Cada vez peor»
Precisamente, en cuanto al fallecimiento del agente, otros dos forenses que examinaron su occiso han explicado que el óbito se produjo de forma violenta al tomar el impacto de un armamento de fuego de conflicto, lo que provocó «grandes destrozos». Se le llegó a ejecutar tras ingresar en parada, se le reanimó, fue trasfundido con familia y llevado a quirófano con el cráneo «destrozado» para ser intervenido, si perfectamente poco a posteriori «se vio que la cosa iba cada vez peor y se avisó a los familiares para que contemplaran la posibilidad de proceder a la donación de sus órganos», como así finalmente se hizo.
«Se manejo de lesiones importantísimas, mortales de privación y con una gran destrucción, sobre todo en la zona derecha del cráneo del que se extrajeron restos del proyectil, con lo que el cerebro estaba muy destruido. Los cirujanos solo pudieron cercar el sangrando», ha precisado uno de los expertos forenses durante la prueba pericial expuesta frente a los miembros del tribunal, al que, para evitar herir su sensibilidad, se ha preferido no mostrarle el vídeo con los género producidos por el proyectil de calibre 7.62 del remoto Mauser usado por ‘Chiqui’.
La recorrido se completará esta mañana con la pericial balística, con lo que el lunes de la próxima semana el prudencia entrará en la grado de exposición de informes finales de las partes. Con carácter provisional, el encausado se enfrenta a condenas que oscilan entre los 84 primaveras de calabozo por dos asesinatos, tentativa de crimen, secuestro y tenencia ilícita de armas que solicita la viuda e hijas del agente y los 58 y 59 que, respectivamente, piden la fiscal del caso y la hecho popular ejercida por la Asociación Víctimas. En el proceso figuran asimismo personados como acusaciones particulares un hermano del defensa civil fallecido, así como los letrados del vecino fallecido de Santovenia Dionisio A.P. (‘Dioni’) y el del entonces yerno del ‘Chiqui’ que presuntamente fue secuestrado por el destacado durante horas en un firme y que pide un total de ocho primaveras de prisión por detención ilegal y amenazas.
El defensor del encausado, por su parte, tan solo reconoce la existencia de dos homicidios, uno doloso -el del vecino- y otro imprudente -el del defensa civil-, así como otro de tenencia ilícita de armas. Rechaza la existencia de los delitos de secuestro y tentativa de crimen.