Ferraz se ha convertido en un motivo de peregrinación para todo tipo de grupos, políticos y apolíticos, laicos y religiosos, en protesta casi continua desde noviembre del pasado año, cuando el líder socialista, Pedro Sánchez, fue investido como presidente del Gobierno. La concentración acabó entonces rosario en mano, con decenas de manifestantes cristianos rezando a pocos metros de la sede del PSOE; continuó meses a posteriori a cuenta de la gracia y concluye, al menos por ahora, con un postrero acto de fe frente a la parroquia del Inmaculado Corazón de María, muy cerca del número 70 de la calle de Ferraz, en plena trayecto de advertencia de las elecciones europeas, y el propio domingo, día de los comicios.
El Tribunal Superior de Razón de Madrid (TSJM) avaló el miércoles la convocatoria para rezar el rosario a las puertas de la iglesia, que hace cantón con las calles Marqués de Urquijo y de Ferraz, a poco más de 50 metros de la sede socialista. La concentración fue prohibida días ayer por la Delegación del Gobierno en Madrid al tratarse de trayecto de advertencia y trayecto electoral, «trasladando así una resolución de prohibición de la Trabazón Electoral Provincial», señaló el unidad que dirige Francisco Martín. El promotor, José Andrés Calderón, trasladó la cuestión al TSJM, que finalmente permitió los rezos argumentando que la movilización no tiene como fin postrero advertir votos.
Una valentía legislativo que ha provocado malestar en el PSOE. En un escrito remitido este viernes al TSJM, al que ha tenido ataque torrevieja news today, la formación ha planteado un incidente de inepto a la sentencia para que se paralice la convocatoria conexo a su sede central. Los socialistas entienden que se ha vulnerado su derecho a la tutela legislativo efectiva al no favor sido llamados como parte en el procedimiento. «Por las circunstancias concurrentes que nos afectaban directamente, deberíamos favor sido parte en el proceso», han señalado en su solicitud de suspensión de la ejecución de la sentencia, como medida cautelar y de forma inmediata.
Según han expuesto, las concentraciones que, a menudo, se producen en Ferraz «tienen un carácter político y dirigido contra el PSOE y el Gobierno«; poco que creen »palpable y manifiesto«, dadas las publicaciones difundidas en redes sociales, que los socialistas ajuntan como ejemplo en el escrito. »Resulta palmario que las concentraciones solicitadas, al beneficio de constituir una expresión religiosa absolutamente respetable, es una expresión de una manifestación política«, reza el documento.
Horas ayer, el ministro de Presidencia, Razón y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, dijo acatar la sentencia del TSJM, pero atacó la «instrumentalización» que a su madurez hacen sus adversarios políticos de los órganos judiciales y avanzó que comprobar cómo los «fanáticos» se movilizan en torno a la sede del PSOE «ayudará a reflexionar a los ciudadanos sensatos». Preguntado por este posible utilidad electoral, en una entrevista en Onda Cero, el titular de Razón afirmó que «el fanatismo, los insultos, las falsedades y los bulos» vienen admisiblemente al Partido Socialista. La secretaria del PP, Cuca Gamarra, por su parte, reprochó al Ejecutante de Pedro Sánchez que «haya decidido ser el discente aventajado de Trump cuestionando todas las resoluciones judiciales».
Pero a las habituales riñas políticas se ha sumado ahora una división de las organizaciones religiosas. La quedada para rezar el rosario ha provocado un cisma, con dos formas de ver la Iglesia y los actos cristianos. En un comunicado, el clase federal de Cristianos Socialistas lamenta que se utilice la fe cristiana «como armamento política arrojadiza». «Rechazamos este enésimo intento de amedrentar a nuestros militantes y simpatizantes utilizando para ello el rezo, un acto íntimo de todo cristiano para reflexionar unidos delante un ser trascendente cuyas doctrina fueron las del aprecio al prójimo«, traslada el clase religioso del PSOE.
«Malos deseos» en la quedada
En su escrito, la agrupación socialista ve «malos deseos» para quienes no piensan igual a los convocantes de la quedada, liderada por Andrés Calderón, que lleva convocando la concentración ininterrumpidamente desde el 12 de noviembre y asegura que «no escudriñamiento hacer ninguna campaña política«, como todavía lo ratificó el TSJM en su falta: «Debemos concluir que la Filial (la Delegación del Gobierno en Madrid) no ha acreditado la existencia de razones fundadas que justifiquen que la concentración […] pudiera incidir o perturbar en forma alguna la neutralidad política propia de la denominada trayecto de advertencia. Ni siquiera el día 9 de junio, día de las votaciones, pues no se ha acreditado en qué medida puede afectar a la constitución de las mesas electorales de los colegios electorales ni mucho menos en qué medida pueden los concurrentes a la concentración […] influir o entorpecer el ataque de los votantes a las mesas».
En su cuenta en la red social X (ayer Twitter), el promotor explica que no reza en las escaleras del Santuario del Inmaculado Corazón de María (próximo a la sede del PSOE) por motivos políticos ni «para echar a Sánchez», sino que persigue «un motivo mucho más codicioso que echar a ningún presidente del Gobierno»: que «Cristo vuelva a estar en el corazón del pueblo», expone Calderón. «Rezamos por la conversión de España y del mundo. Para que la concurrencia vuelva a creer en Cristo», continúa.
Sin retención, Cristianos Socialistas no secunda estas explicaciones y argumenta: «La inquina, la ira o la fobia nunca serán los sentimientos que nos muevan porque no responden a la enseñanza y a la maña del humanismo cristiano». En su comunicado, el clase considera que la democracia «está en bisagra» cuando, señalan, «quienes aspiran a regir recurren a las malas artes, al insulto y al desprecio del prójimo por pensar diferente». Por eso, propugna por un fe que tienda puentes y no los derriba «empeñándose en crear el odio hacía el diferente usando el nombre de Altísimo en vano».