Injusa, la histórica empresa de juguetes y vehículos eléctricos infantiles de Ibi (Alicante), ha informado de un «sobresaliente» crecimiento en sus ventas durante el año 2024, revirtiendo una tendencia de dos abriles de pérdidas significativas. Ahora, la compañía prevé alcanzar una sigla de facturación de 17,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 41,31% en comparación al año antedicho, reflejando una recuperación sólida tras la caída del 40% en ventas experimentada correcto a la coyuntura internacional y a la crisis que ha azotado al sector durante los dos últimos ejercicios.
En 2023, logró sujetar sus pérdidas a 1,6 millones de euros, una mejoramiento significativa con respecto a los 2,3 millones de euros en 2022. Para este año, la previsión es animoso puesto que la juguetera prórroga de cerrar el examen en positivo, alcanzando un EBITDA de 1.250.000 euros.
Este «éxito» en 2024 se atribuye a varios factores esencia. La fabricación en México iniciada en diciembre del 2023, al sujetar costes de fabricación y traicionar a precio mucho más competitivo, está permitiendo aumentar en un 100 % el número de pedidos con respecto al año antedicho. Así mismo, la expansión en el mercado estadounidense ha extenso nuevas oportunidades de crecimiento gracias a un acuerdo de distribución en el país que ya es una existencia y supondrá un incremento de la facturación en USA de 1,5 millones de dólares.
La expansión de nuevos acuerdos de fabricación en China ha sido inevitables para poder contener la competencia feroz del cíclope oriental y poder aceptar desde allí a nuevos mercados internaciones, entre ellos EEUU. Un zaguero punto esencia ha sido la reestructuración de la dependencia de suministro, los mecanismos internos de la industria para controlar posibles subidas de costes por las materias primas y energía, así como la diversificación de otros mercados han sido decisivas para aventajar los desafíos económicos y comerciales de los últimos abriles.
Auge de las marcas deportivas
«Estamos muy orgullosos de los resultados que estamos obteniendo este año», comenta Luis Berbegal, director militar de Injusa. «Nuestra táctica de expansión y los acuerdos de fabricación con manufactureras de otros continentes han sido fundamentales para esta recuperación puesto que la reducción de costes nos está permitiendo ser más competitivos en territorios fuera de Europa. Adicionalmente, esta presencia en México y Estados Unidos será esencia por las posibilidades que ofrecen estos mercados y por el interés que suscitan nuestros productos de marcas deportivas exclusivas que sin duda han capturado la atención de nuestros clientes», ha añadido.
Mirando con destino a el futuro, Injusa tiene planes de continuar con su expansión internacional. Para 2025, la empresa tiene previsto incrementar sus exportaciones desde México a Estados Unidos, exportación sumada a la coetáneo desde España, y a la de China tras el zaguero acuerdo de fabricación con factorías asiáticas, consolidando su posición en el mercado norteamericano y con expectativa de alcanzar los 3 millones de dólares en 2025.
En el zaguero año, Injusa ha animado una nueva andana de productos que incluye los derechos de distribución mundial en monopolio de productos Kawasaki, marca muy valorada en el sector deportivo inmaduro. La compañía asimismo ha iniciado un codicioso plan de transformación digital, que, en palabras del director militar, ”nos va a permitir crecer significativamente gracias a la saldo en nuestras plataformas eCommerce, así como asimismo, estamos planteando incluir en nuestro porfolio un nuevo maniquí de negocio, de momento confidencial, adaptado a los nuevos tiempos”.
Injusa fabrica todos sus juguetes íntegramente en sus instalaciones de Ibi (Alicante). La marca alicantina fue la primera empresa española en manufacturar productos eléctricos infantiles y actualmente salen de su industria 650.000 juguetes al año. Se han especializado en la fabricación de juguetes a ruedas bajo marcas de ingreso escala, vehículos a pedales, a motor, entre otros. Dichos productos cumplen con la reglamento europea, que endurece al mayor sus controles de seguridad y calidad con el fin de proteger al último y diferenciarse así de otros países exportadores.