Al menos hasta ahora. Porque la Unión Europea reto por el llamado “derecho a reparar”, y lo ampara con una nueva ley. Fomentando que los consumidores puedan positivamente designar entre la reparación o la sustitución de un dispositivo. ¿Qué contempla la nueva norma?
Por un banda, se amplía la fianza reglamentario de los productos hasta doce meses más. Y una vez que acabe la fianza, el fabricante seguirá obligado a reparar los productos que sean reparables, y a un precio asequible y comprensible. “Para un comerciante quizás es más importante entregar que reparar, pero si quieres persistir la clientela fiel tienes que darle ese servicio de reparación”, explica Alfredo Gosálvez, secretario caudillo de la Liga Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE).
“El 80% de los clientes optan por la reparación“, relata Omar Chebihi, dueño de Reparaciones “El Versado”. Él lleva abriles reparando móviles, ordenadores y tablets. En caudillo, asegura, “si el móvil no está obsoleto, arreglar siempre es mejor, es más ganga que comprar uno nuevo”. Pero a veces las ofertas son muy tentadoras.
Por otra parte, la nueva carta recoge que el consumidor además podrá pedir un dispositivo de sustitución mientras se repara el flamante. Y otro punto importante es que tendrá comunicación online, de forma gratuita, a talleres de reparación cercanos, piezas de repuesto y precios orientativos.
“La secreto es la facilidad con la que un consumidor pueda demorar a conocer que puede padecer a un determinado servicio de reparaciones un articulo al que ya se le pasó la fianza, o que pueda autorrepararlo, es asegurar, pueda obtener a las piezas”, detalla Rubén Sánchez, secretario caudillo de FACUA.
[[H2:Objetivo: reducir el impacto medioambiental]
El objetivo es acercar la vida útil de los productos, y sobre todo compendiar el impacto en la naturaleza. La electrónica es la fuente de residuos que más crece en la UE y las cantidades que se reciclan no son suficientes. Se estima que la asesinato prematura de estos haberes genera casi 250 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Cierto es que al propósito medioambiental además contribuyen los ahorros energéticos: aparatos eficientes que consumen menos energía y menos agua. Desde FECE lo ejemplifican así: “Si una clan cambia todos los electrodomésticos de su casa por los nuevos más eficientes, respecto a unos que había hace diez abriles, el reducción es de unos mil euros al año y de treinta litros por cada ciclo de lavado”, detalla Gonsálvez.
Pero esto además tiene una parte negativa. “Valoremos un poco qué itinerario le queda al electrodoméstico antiguo, porque ese nuevo electrodoméstico, aunque sea eficaz, tendrá que durar muchos abriles para compensar la huella de haberlo producido y haberlo traído a casa”, explica Fernando Valladares, sabio del CSIC y profesor de Ecología de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
De momento, solo aparatos eléctricos
Él lleva abriles hablando del “derecho a reparar”, que comenzó como un movimiento social de personas preocupadas por conservar los aparatos que todavía seguían teniendo utilidad y valencia. “Tenemos que cambiar la mentalidad de disfrutar de lo nuevo, por la mentalidad de disfrutar de una cosa que ha estado siempre contigo”, añade.
Aunque la ley está pensada para dispositivos y aparatos eléctricos, la relación podría ampliarse en un futuro, incluyendo por ejemplo ropa y calzado. Esto contribuiría además a compendiar el desperdicio textil. Solo en España se generan 890.244 toneladas de residuos textiles al año. O lo que es lo mismo, 19 kilos de ropa por autóctono.
La directiva ya ha sido aprobada por el Parlamento Europeo, y próximamente lo hará el Consejo. Entonces, cuando se publique en el Diario Oficial de la Unión Europea, entrará en vigor. Los países miembros tienen como mayor dos abriles para aplicar la nueva directiva europea, incorporándola a su carta. En España, probablemente se materializará en una Ley de Consumo Sostenible.
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