La literatura parece maldecir los frutos del otoño: Noé se emborrachó con las uvas; Eva tentó a Adán con una manzana. Y los griegos nos llamaban aduladores a los informantes profesionales porque así se llamaba a los que delataban a los contrabandistas de higos. Si la psicología fuera una ciencia, sería la que estudiaría los higos, pero en su sentido más figurado, ya que sicalíptico era, hace un siglo, todo lo que significara pornográfico. Los higos son frutos sabrosos que maduran en septiembre en Galicia y van precedidos de higos que maduran en julio en aquellos árboles que producen dos cosechas. Sabrosos, dulces, lo son aún más cuando están pasados. Rica en fibra y azúcares, fue la primera fruta domesticada en la cuenca mediterránea y está totalmente adaptada a nuestro clima atlántico.