Ence se reinventa en As Pontes con una bioplanta de celulosa reciclada


El pasado octubre, Endesa terminaba de mosquear en la central térmica de As Pontes (La Coruña) el final carbón de sus reservas, poniendo fin así a 47 primaveras de producción eléctrica. Un hito que significó el falleba de uno de los motores industriales más importantes de la provincia y la pérdida de cientos de empleos, pero asimismo la oportunidad a posibles nuevos proyectos más sostenibles, adaptados a las deyección actuales de la sociedad y que promuevan una transición industrial competición. Precisamente, estas son las características que Ence destaca de la bioplanta que planea instalar en este municipio para la producción de celulosa reciclada y blanqueada, una «clara puesta» de la compañía por «la posesiones circular», como destaca su director territorial en Galicia, Antonio Casal: no consumirá madera y se autoabastecerá de energía renovable.

«En Ence tenemos experiencia previa en proyectos que, como este, están plenamente alineados con la transición competición», y que «demuestran que la industria sí puede ser plenamente sostenible», indica Casal, seguro de que esta «innovadora» planta de reciclaje situará a la Comunidad Autónoma «a la vanguardia del sector». De hecho, no consumirá madera, y el consumo de agua será «hasta 15 veces beocio que el de una planta de celulosa casto» –se estima en 1,5 hm3 anuales–.

Por otra parte, será orgulloso, abasteciéndose de energía renovable producida en las mismas instalaciones a partir de biomasa sostenible y de proximidad –esto es, desenvuelto de combustibles fósiles–; y se instalará en un suelo tradicionalmente industrial, con escaso valía en lo que a la biodiversidad se refiere, una cuestión que destacan desde la compañía porque no supondrá la degradación de hábitats naturales –si admisiblemente se ha llevado a mango un descomposición para conocer el estado de los ecosistemas existentes y estabilizar su protección–.

Más de mil empleos

Con el horizonte para el inicio de la obras puesto en el año que viene, se prórroga que para 2027 pueda estar en funcionamiento la primera período del esquema, la propia planta de reciclado y blanqueado de cartón y papel recuperados, con una inversión que asciende a los 125 millones de euros. En la segunda período, de desarrollará una planta de cogeneración de 150 MW de potencia térmica y cerca de de 50 de potencia eléctrica; y ya en la tercera, se dispondrá de una planta para la producción de papel tisú, con un desembolso de 75 millones. En total, se crearán 1.249 puestos de trabajo: 213 directos, 400 indirectos y 636 inducidos.

Todo ello se traduce en una capacidad de tratamiento de aproximadamente 160.000 toneladas anuales de papel reciclado, del que se obtendrá una producción, más o menos, de 100.000 toneladas anuales de pasta reciclada de calidad. Por otra parte, en el entorno de este esquema, explican desde la compañía, se abren nuevas potencialidades a partir del uso de CO2 biogénico para la producción de biocombustibles, y asimismo se trabajará en la construcción de una planta piloto de reciclado de residuos textiles.

Precisamente, en esta última cuestión hubo avances la semana pasada, con la firma de un memorándum de entendimiento entre Ence y la start-up sueca ShareTex, que aportará una nueva tecnología ya probada a escalera de laboratorio que presenta ventajas como la capacidad de procesar textiles de poli-algodón –ampliando así la abanico de residuos reciclables–, y no requerir ni disolventes tóxicos ni condiciones drásticas de presión o temperatura. «Una tecnología puntera», como la define el director territorial de la empresa en Galicia, «para solucionar el problema de dirección de este tipo de residuos de forma sostenible, aspecto prioritario para Ence». En el proceso se dará una segunda vida a residuos post-consumo recolectados en la región, así como los provenientes del reciclado manual de textiles.

Una iniciativa que ya en su día el presidente, Alfonso Rueda, calificó como «fundamental para Galicia», declarada precisamente hace ahora un año esquema industrial táctico por, tal y como recuerda Casal, su carácter «pionero en materia de industria, empleo y crecimiento de la bioeconomía». Una consideración que asimismo tienen otras dos iniciativas que planean para As Pontes: una manufactura de neumáticos de Sentury y la planta de hidrógeno verde de Reganosa y EDP. Un municipio que en cuestión de una término podría situarse a la vanguardia de la industria sostenible y consciente con el medio, abandonando el contaminante maniquí tradicional.

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