Pontón admite que habrá «ajustes» y el BNG tendrá que compartir su escaño en Bruselas con ERC


El BNG se cuidó mucho de tapar, en la campaña del 9J, que, una vez más, concurría a las elecciones europeas de ganchete de ERC y Bildu, el secesionismo catalán y el vasco. Este lunes no le quedó más remedio a Ana Pontón que tolerar una segunda evidencia: que el escaño del Pedrusco en Bruselas no será a tiempo completo, sino compartido, como le ha venido sucediendo en las últimas legislaturas.

«Es evidente que va a activo ajustes», reconoció la líder frentista, al ser preguntada por las palabras de la víspera de Diana Riba, cabecera de cartel de Esquerra; quien ya avisaba de que Tomás Molina -hombre del tiempo de TV3, el canal autonómico-, número cuatro de la repertorio de la coalición Ahora Repúblicas, «será eurodiputado» antaño de finalizar el mandato. El BNG, lógicamente, ha preferido poner el acento en que se sentarían en la Eurocámara desde el primer día, gracias a que esta vez Miranda concurría como número tres.

Pero como ha sucedido previamente con esta coalición de fuerzas independentistas, son los distintos pesos los que determinan el disfrute del escaño. Miranda ya sabe lo que es ser asesora de Pernando Broca (Bildu) y al revés. Pontón prefirió destacar el «resultado histórico» de contar con escaño por primera vez desde la época de Camilo Nogueira (1999-2004). Soslayando el carácter rotatorio (60/40). Trató de poner en primer plano que tienen la «señal» de que Miranda «va a estar cinco abriles en Europa». Hasta marcó ámbito afirmando: «Somos la fuerza que sube en la coalición». Lo que ocurre es que el disfrute del escaño no depende de subir o descabalgar. Sino del porcentaje de votos.

A quien menos parecía importarle era a la principal interesada. Afónica y todavía eufórica, Miranda compareció antaño que Pontón, sin papeles, para trasladar su alegría e insistir en que había sido una campaña «muy larga» y cansada. Y que este martes ya toca coger un avión rumbo a Bruselas. Parecía ser su principal preocupación enseñar una camiseta con su efigie, cosa que hizo, deteniendo un par de minutos la rueda de prensa que siguió a la reunión de la Executiva Franquista del Pedrusco, en un hotel de Santiago.

En la cúpula del BNG se respiraba una satisfacción moderada. Pontón dijo que llegó el «momento» de que Pedro Sánchez se centré en presidir, y que le apretarán para que cumpla su pacto de investidura. Y minimizó su tercera posición por detrás del PSOE, porque las circunstancias eran «muy diferentes».

Besteiro: ecos de Ferraz

Desde La Coruña, el beneficiario de este sorpasso de ida y dorso, José Ramón Gómez Besteiro, se mostró más cómodo en la leída franquista. El PP, afirmó, pinchó doblemente: su intento de «plebiscito» a Sánchez fue un «objetivo perdido y fallido», porque -repitió argumentario de la víspera- se había producido «casi» un «igualada técnico»; y, en espacio de «frenar a la ultraderecha», «aumenta sus expectativas». Solo el PSOE tiene la «fortaleza» para pararlos, presumió.

Al ganancia de la ineludible mención al «ofensa», el secretario militar del PSdeG cimentó que «en el interior» del PP «empiezan a cuestionar si la alternativa» a Sánchez «es Feijóo». Y aunque renegó de las «extrapolaciones», como la prensa le pidió observación en secreto gallega, el lucense, llamado a reflotar a los suyos, valoró que el 9J marca una «cadena de expectativa positiva».

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