Hay alumnos que se quedan dormidos en clase


Tiene solo 12 abriles y se ha pasado noches asido al móvil, sin yacer. ¿Hasta qué hora?, le preguntamos. “Hasta las 5, las 6 o 7 de la mañana“, nos alega. “Al principio cuando empiezas a ver vídeos no te das cuenta y sigues viendo”, asegura este adolescente. No es un caso separado. La mayoría de los menores se quedan en la cama con el teléfono hasta las tantas de la confusión, sin ningún tipo de control. “Hasta las 12 o la 1”, nos dicen. Cuando los padres se van a yacer, los chavales siguen con el móvil sin que los padres se den cuenta. “Me da por entrar a TikTok y estoy como dos horas ahí mirando”, cuenta otra chica de 12 abriles. “De repente te mandan un mensaje a las 2 de la mañana…” o les dicen de retar una partida a un videojuego a la 1 de la mañana.

Recorremos cuatro institutos y en todos están detectando el mismo problema: niños que se quedan dormidos en clase, llegan tarde o que faltan a las primeras horas de clase. Y esto ocurre a diario. “Hay alumnos que llegan tarde porque se quedan dormidos porque han estado hasta altas con el móvil, alumnos que se quedan dormidos encima de la mesa. Es muy solemne lo que está ocurriendo”. Es la alerta que asta Rosa Rocha, la Presidenta de los Directores de Institutos de la Comunidad de Madrid. Menores con trastornos del sueño por la hiperactividad que les generan el uso excesivo de las pantallas.

Menores enganchados: Usan el móvil 8 o 9 horas al día de media

Hablamos con Beatriz Rodríguez, profesora de Jerga de un instituto de Madrid. “Estamos preocupados incluso porque descansan muy poco. Al punto que duermen 5 o 6 horas, muy poco para un adolescente. Hemos hecho estudios en las tutorías para ver el tiempo de uso y es asombroso porque estarían usando el móvil una media de 8 o 9 horas diarias“, afirma. Otra de las consecuencias es que no son capaces de prestar atención: “Las primeras horas no se enteran de cero”, dice tajante Rosa. Cuando los profesores les preguntan, los chavales lo reconocen rápidamente: “profe, porque he estado con el móvil hasta las 4 de la mañana”. Sorprende que niños de solo 11 abriles duerman con el móvil sin que los padres se lo quiten por la confusión.

Estamos muy preocupados, es poco que vemos a diario”, asegura Nuria Martínez, Jefa adjunta del IES Severo Ochoa de Alcobendas. Otra de las cosas que flama la atención a los docentes es que muchos padres ni siquiera utilizan el control parental, con los que podrían localizar las horas de uso o admisiblemente las páginas en las que entran. Nuria asegura que “A veces llamo a los padres y cuando les hablo del control parental no saben lo que es”.

“Responden como adictos, como si les quitaras una droga”

Cuando los padres en casa o los profesores en el instituto se lo quitan, responden con conductas adictivas. Sara Moraleda, Jefa adjunta de Convivencia dice que “incluso hay belicosidad, ya no verbal sino física, es como verdaderamente si fuera una droga”. De hecho, algunos alumnos prefieren una aprobación más solemne o que les expulsen del centro antaño que entregar el dispositivo. Y los padres lo confirman: “como si les quitaras una droga“. “Primero está el vicio del móvil que juntarse con la tribu”, cuenta otra religiosa. Por eso, piden a los padres que controlen las horas.

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