Mientras le acerca el cuchillo que lleva en su mano derecha a la mujer, con la mano izquierda manejo de agarrarle una mano mientras ella se aparta y le hace un ademán con las manos en parada para que pare y se dispone a destapar la caja registradora. El atracador alarga el articulación para comenzar a sacar el hacienda con la mano izquierda, mientras continúa portando el cuchillo en la otra mano. Tras sacar un puñado de billetes se los introduce en el faltriquera del pantalón mientras acento con la dependienta.
El ratero, que ya ha guardado el cuchillo, realiza entonces un ademán sorprendente acercando su mano a la mujer mientras hace un ademán con la cabecera, y todo parece indicar que le está pidiendo disculpas mientras ella continúa haciendo gestos con las dos manos en parada para que se tranquilice. Finalmente el atracador afligido, sale por la puerta llevándose el hacienda y la dependienta se lleva la mano derecha al pecho completamente aterrorizada.
La Atención Civil recibió la denuncia del establecimiento y de la empleada que declaró que le habían sustraído unos 300 euros de la cuestación de la caja. En estos momentos la investigación continúa abierta y la Atención Civil trabaja para detener al autor del robo, que será marcado de un delito de robo con violencia e intimidación. Las imágenes del atraco, registradas por la cámara de seguridad del establecimiento se han hecho virales.
Otros curiosos robos en Vecindario
Esta no es la primera vez que un atracador se comporta de guisa curiosa en un robo en Vecindario. El pasado mes de enero otro ratero entró a un supermercado de esta misma población con un cuchillo de grandes dimensiones, amenazó de forma agresiva a la dependienta y le robó todo el hacienda de la caja registradora. En esta ocasión la dependienta se quedó enormemente sorprendida por la conducta que presentó el hombre.
El atracador, tras robarle toda la cuestación le dejó una propina. “Fue educado hasta el posterior momento, hasta para dejarme una propina”, contó la dependienta. Al final del atraco, el ratero antiguamente de marcharse del comercio con su saqueo, dejó caer unos billetes y le dijo a la dependienta del establecimiento: “Quédate eso para ti, hay mucha penuria”.
Tras existir momentos de tensión, la trabajadora visiblemente angustiada sacó todo el valor de la caja del supermercado y se lo dio al ratero que al coger el saqueo se marchó del espacio.
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