El COB se quedó seco contra el Breogán (80-36)



Segunda prueba de pretemporada para el COB. Los orenses reeditaron el Derbi do Miño enfrentándose al Breogán en Lugo, en la segunda semifinal de la Copa de Galicia. Un duelo amistoso, sí, pero siempre especial con la clásica rivalidad en ambas orillas del río. Y por eso la derrota duele un poquito más. Especialmente por la forma. Los orensanos demostraron que están “verdes”, fallaron mucho y no dejaron buen sabor de boca.

El primer cuarto no fue un dechado de virtudes. A ambos equipos les costó entrar en ritmo ofensivo. Los lucenses acabaron cantando, los orensanos no. Radic era la principal opción pese al físico local, pero los de Félix Alonso fallaron tiros cómodos que les obligaron a ir a cuestas. Los triples no entraron y de un competitivo 7-4 se pasó al 13-4 en un abrir y cerrar de ojos. Una canasta de Jawara sobre la chicharra sirvió para cerrar el primer cuarto con un marcador de 18-8 a favor de Breogán.

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El COB salió bien tras el descanso. Jawara y Palazuelos acercaron en el marcador a los ourenses en una pelea de “colmillos”. Pero duró hasta entonces. El debut de Peter-McNeilly llegó cuando el aro aún estaba cerrado (0 de 9 en triples, minuto 12). Las cosas iban mejorando atrás, viendo quién estaba delante. Con esta falta de éxito, Breogán volvió a distanciarse sin grandes alardes. Los orensanos fueron incapaces de generar ventajas. Forzaron tiros, incluso se quedaron sin posesión, y casi siempre con el mismo resultado: “agua”. Los locales lo aprovecharon, por inercia, y se marcharon al descanso con un claro 36-16.

Y luego las cosas no fueron mucho mejor. Las acciones positivas en defensa comenzaron a ser menos comunes y en ataque el aro rival, por momentos, incluso sobraba. La secuencia de tres triples fallidos en una misma jugada, el mejor ejemplo. Sólo Radic mostró músculo ante un equipo ACB y anticipó lo dominantes que pueden ser en la LEB Oro. Pero por lo demás, muy poco. Los lucenses siguieron haciendo de las suyas, haciendo sangre sin ni siquiera añadir “rock and roll”. El tercer cuarto finalizó con un marcador de 56-28 que explicaba claramente lo que estaba pasando. En el último cuarto, la tapa que cerraba el anillo local no se movió de su lugar. Poco que contar. Al menos bueno. Demasiados minutos de “basura”.

En cuanto a nombres propios, Radic es el más destacado. Turner, en problemas de faltas, falla. Por fuera, muy poco. En ataque estuvieron tremendamente acertados, y en defensa tuvieron buenos momentos hasta que el marcador empezó a importar. Pretemporada para las buenas y para las malas. Llegados a este punto, conclusiones justas. El miércoles, contra el Valladolid en “Pucela”, más. Queda por ver si Romaro Gill se alista para la causa.

En la primera semifinal, el Obradoiro también cumplió los pronósticos y venció al Básquet Coruña por 88-73 en la primera semifinal. Los de Moncho Fernández controlaron el marcador y sellaron la victoria en el tercer cuarto.

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