Si me lo intento quitar me arranco la piel


Iván tiene 43 primaveras, trabaja en la construcción y hace una semana que ha sufrido uno de los peores episodios de su vida. Prefiere no dar la cara, pero nos cuenta el ataque por parte de la persona que lo contrató. Su exjefe lo roció con pegamento industrial y le tiró huevos cuando fue a conversar con él para cobrar una deuda.

El trabajador, harto de esperar los 425 euros que su patriarca le debía por unos trabajos como carretillero, y tras pedírselo en varias ocasiones sin éxito, decidió venir a su casa a reclamárselo en persona. Como se aprecia en las imágenes grabadas por una vecina, Iván llega acompañado de un amigo y comienza a abroncar en la calle, preciso debajo del oteador de su patriarca: “Pascual paga lo que debes, Pascual paga lo que debes”.

Tras unos segundos, se puede observar en las imágenes como algún sube la persiana de una de las ventanas del primer pavimento y aparece un hombre con un recipiente con un claro blanco y se lo alabarda desde el oteador dejándolo completamente cubierto delante la atónita observación de los vecinos. El contenido del cubo era ausencia más y ausencia menos que pegamento industrial. “Voy a desmontar ya, voy a desmontar”, grita el patriarca desde el oteador, y seguidamente amenaza con exhalar un objeto de grandes dimensiones que parece ser un tosco metálico y que llega a alzar para tirarlo igualmente por el oteador aunque finalmente vuelve a dejarlo en el suelo.

“Yo atractivo lo mío”, exclama el empleado, y comienzan un cruce de insultos y gritos desde la calle y el oteador respectivamente. El atacante, se introduce de nuevo en el interior de la vivienda, y pocos segundos posteriormente vuelve a la carga. Aparece en ambiente con poco en las manos que resultan ser huevos, y alabarda tres con fuerza contra Iván. “¡¡Pero qué haces!!”, exclama la persona que graba el vídeo desde la vivienda de enfrente mientras varios vecinos del edificio observan desde sus balcones sin dar crédito a lo ocurrido.

“Si me cae en los luceros me deja ciego”

Una semana posteriormente de la golpe, Iván continúa con señales de pegamento en la espalda y denuncia que fue a protestar un moneda a su patriarca pero que él, tal y como se observa en el vídeo, le roció con una sustancia corrosiva, un pegamento que se utiliza en la construcción para pegar el hormigón y que le ha dejado la espalda con diversas lesiones y con restos de pegamento que no se puede extraer porque se arranca la piel. “Al arrancarme el pegamento yo mismo se quedaba todo triste, si me lo intento proceder lo que hago es proceder la piel”. Acudió a dos hospitales donde no pudieron tratarle con ausencia, y solo puede esperar a que el pegamento vaya desapareciendo de su piel con el tiempo.

Por otra parte Iván tuvo que raparse la habitante, porque tenía el pelo completamente cubierto de pegamento: “La barba la pude excluir porque hay un claro para aniquilar, una espuma, y no me tocaba la cara pero lo intenté con el pelo y tuve que echarme agua porque me quemaba la habitante. Me tuve que rapar y se me levanta la piel del cuero melenudo”, explica Iván.

Lo que no deja de pensar la víctima de esta enorme golpe es lo que hubiera podido suceder si llega a mirar alrededor de hacia lo alto en ese momento: “Si me cae en los luceros me deja ciego, me arruina la vida, tengo dos niños, mi mujer”, dice. “Yo fui a trabajar, me pagas y ya está, no hace yerro que me agredas”, añade, y recuerda de nuevo lo sucedido: “El tío se volvió perturbado. Mes escupió, me llamó de todo”.

Iván interpuso una denuncia contra su exjefe y ahora hace un llamada a que la rectitud haga “todo lo posible”, ya que el moneda no sabe si lo llegará a cobrar algún día.

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