Julia tiene 30 primaveras y hace poco decidió independizarse, irse a conducirse con su pareja. Una alternativa de la que ahora se arrepiente, ha tenido que dar marcha a espaldas y retornar a casa de sus padres: “La cosa ahora mismo está muy mal, los alquileres están muy caros”. La vivienda es el principal problema para los jóvenes en nuestro país. Muchos se ven obligados a compartir un adoquinado en arriendo y aún así no poder reservar para un futuro. “Vivo con compañeros, es una obligación y el hecho de comprar una casa es difícil”, cuentan.
Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza en España (EAPN) asegura que la vivienda en España se ha convertido en “una factoría de procreación de pobreza”. Según explica, muchas familias tienen que designar a qué consagrar el salario: “Todo lo que entra por una mano ya está ajado por la otra, hay que designar si calentar la casa o la comida”.
Rosario está a punto de jubilarse. A la hora de hacer la negocio recorre los pasillos del supermercado buscando las ofertas y contando cada céntimo. “Hoy me he tenido que ajustar al monises que tenía, me he dejado la porción de la negocio”, asegura. Se ve obligada a prescindir de muchos productos que le gustaría usar, pero que no puede por el encarecimiento de los precios.
Así viven muchas personas en nuestro país. Según un crónica de EAPN, casi el 48% de la población presenta dificultades para conmover a fin de mes y casi 10 millones de españoles están en peligro de pobreza. Ser mujer, conducirse de arriendo, ser miembro de una comunidad con menores, tener un empleo precario o una discapacidad son factores que aumentan esa posibilidad.
Según este postrero crónica, el peligro de pobreza o pega social ha pasado del 26 % en 2022 al 26,5 % en 2023.
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