va al hospital a ver a sus abuelos


Era uno de los días más importantes de su vida. Lo esperaba con la ilusión de quien ve un sueño cumplido. Y quería compartirlo con las personas más importantes. “Mi grupo lo es todo para mi”, asegura Marta Martínez. Solo hay que ver las imágenes para constatarlo.

Con 25 primaveras, esta mancebo vecina de la población de Tui, en Pontevedra, acaba de terminar Educación Inmaduro. Es su segunda carrera, luego de haberse diplomado primero en Educación Primaria. Lleva la gusto grabada a fuego: “Yo siempre quise ser profesora, desde pequeñita”, nos cuenta con una voz dulce y alegre que hoy, adicionalmente, no puede esconder la emoción.

Su ascendiente tuvo que ingresar en el hospital por una pulmonía

Esa misma emoción es la que nos ha trasladado a todos con su semblante. “Tengo la suerte de conservar a 3 de mis abuelos, perder a uno de ellos fue muy duro porque yo he crecido con ellos y para mi son muy importantes”, relata. Por eso, todos, anejo con sus padres, tenían que estar presentes el día de su proporción: “La idea era que vinieran al acto para gusano pero unos días antiguamente ingresaron a mi ascendiente con una pulmonía”. Su abuela tenía que quedarse acompañándole y lo primero que pensó Marta fue: “Sin ellos no voy”.

Pero recapacitó. “A mi otra abuela, a sus 94 primaveras, le hacía mucha ilusión y a mis padres asimismo, no podía hacerles eso siquiera”, reflexiona. Ellos se merecían verla celebrar la retribución a su esfuerzo, y ella misma se merecía vivirlo: “Han sido 7 primaveras de estudio en total entre las dos carreras, si he podido hacerlo es gracias a ellos”.

Entonces decidió poblar su gran momento con los que podía acompañarla en directo, y salir pitando para darles una gran sorpresa a los que tenían que ver los toros desde la barrera. “Me pasé todo el acto entre la alegría y la pena. Alegría por lo que estaba viviendo y pena por los que no estaban conmigo”, recuerda.

Del acto de proporción salió directa al hospital

Mientras sus compañeros comenzaban la cena de celebración y la fiesta de proporción, Marta cogió el coche, con la cuadrilla de graduada incluida, y recorrió los 100 kilómetros que separan su campus en Ourense del Hospital Álvaro Cunqueiro en Vigo. “Mi ascendiente por suerte está adecuadamente, es poco de lo que se va a recuperar, pero yo lo que quería era estar con ellos en ese día tan importante, necesitaba darles un indisposición, por eso decidí ir al hospital”.

Antiguamente de salir les llamó por teléfono. “Les conté cómo había ido todo y les dije que me iba a celebrarlo. Cuando me vieron aparecer la sorpresa fue tremenda”.

El que graba el vídeo es el padre de Marta, hijo de los protagonistas, pena no tener una cámara grabándole a él asimismo porque probablemente estaríamos en presencia de otro vídeo vírico. “A mi padre le hizo ilusión asimismo”.

Una historia de las que emocionan y reconfortan, sin duda, y de las que gusta contar. Enhorabuena a esta ya profesora que tiene todavía mucho camino por delante, pero que ya se puede considerar especializada en una de las asignaturas más importantes del colegio y de la vida; la de las emociones.

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