la orangután Amber le pide a una madre ver a su bebé y la reacción es conmovedora


Coito, ira, envidia, compasión… El ser humano no solo es ese animal racional del que tanto se palabra, sino todavía un animal sentimental. Somos capaces de advertir infinidad de emociones, de reaccionar con sentimientos internos delante los estímulos que le llegan del exógeno: nos rebelamos delante las injusticias, sufrimos por el dolor desconocedor, reímos de placer y nos alegramos cuando algún nos cuenta una buena información. Pero… ¿efectivamente somos los únicos que sentimos? ¿Azar no le brillan los fanales a nuestro perro cuando nos ve retornar a casa? ¿No ronronea el minino cuando le acariciamos? Las ‘bestias’ todavía son capaces de advertir, y si no que se lo digan a una orangutana que ha conmovido con su ternura al pedirle a una principio que le dejase ver a su bebé.

Si hace unas semanas era la historia de Rakus la que nos sorprendía a todos, un orangután que se curó una herida en la cara tras inventar un ungüento con una planta medicinal, ahora es Amber la que ha llamado a nuestros corazones: esta orangutana ha demostrado que los animales todavía son capaces de tener sentimientos muy humanos.

La historia ha tenido puesto en el zoológico de Louisville, en el estado de Kentucky (EEUU). Allí, Amber se encontró con un pequeño recién nacido que había ido con sus padres al perímetro para ver a los animales. Un entrevista en el que la orangutana ha demostrado una empatía que muchos no hubieran esperado encontrar en un simio (quizás, siquiera en muchos seres humanos).

Amber, una orangutana de 35 primaveras que cuenta con una gran popularidad en el perímetro, no pudo resistirse a la tierna inspección de Jordan, este bebé de tan solo tres meses. ¿Y qué hizo entonces? Mientras la abuela del pequeño le sostenía en brazos frente al cristal del perímetro en el que vive Amber, la primate se acercó con evidentes ganas de ver al bebé.

Como quien apasionamiento a la puerta, la simio golpeó suavemente el cristal para pulsar la atención de la comunidad. Tras esto, Amber se inclinó para ver de cerca y sin perder detalle la cara del pibe. Según ha contado Kayla Jaylen Natsiss, la principio de Jordan, la orangutana incluso besó el cristal en dos ocasiones.

Los comentarios sobre el vídeo no han tardado en aparecer y los usuarios de la red social han destacado la humana ternura de esta orangutana. “Su carita de ternura”, “el hecho de que puedas ver en sus fanales la emoción que tiene es increíble” o que es “muy inteligente” son solo algunos de los mensajes.

Pero no estamos delante un hecho insólito y casual: tal y como explican desde la página web del zoológico, no es mínimo extraño ver a Amber interactuar con los visitantes: suele ‘tocar’ el cristal para ‘dialogar’ con las personas sobre ciertas prendas que llevan o simplemente para ver qué esconden en sus mochilas.

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