Un hombre fue condenado a seis meses de prisión por el hurto en una bisutería de la ciudad de una pulsera valorada en 1.354 euros. Los hechos ocurrieron el 6 de octubre de 2022 cuando el pronunciado accedió al establecimiento y pidió que le mostrasen la alhaja del guardarropa. Una vez en su poder, se dio la reverso y salió corriendo, siendo detenido casi nada una hora a posteriori por la Policía, arrojando la pulsera previamente sustraída entre dos contenedores. La misma fue recuperada y entregada a su legítima propietaria, quien renunció a cualquier tipo de indemnización.
El pronunciado no negó durante el discernimiento que tuviese en su poder aquel día la pulsera robada en la bisutería y que la tiró al suelo al ver a los agentes. Sin requisa, negó que fuese él quien hurtó la alhaja y aseguró que se la dio una persona a la que no pudo identificar. La jueza del Penal 2 apunta que “no se concibe por qué se habría de desprender de ella frente a la presencia policial si era desconocedor de que la misma había sido sustraída ilícitamente”.
Este relato fue desmontado por la trabajadora del establecimiento, quien aseguró en la sala que el pronunciado era el hombre que entró aquel día en el restringido y se llevó la pulsera, incluso matizando que actualmente se encuentra más delgado que entonces.
Al mantenerse acreditado la comisión por parte del pronunciado de un delito de hurto fue condenado a la pena de seis meses de prisión y la inhabilitación del derecho a sufragio pasivo durante el tiempo de la pena. Adicionalmente, se le imponen al condenado las costas procesales.
En este caso, concurría el atenuante de drogadicción, ya que, aunque no pudo determinarse en qué medida estaban afectadas sus facultades en el momento de los hechos, había sido manido en el UCA con antelación presentando trastornos mentales del comportamiento oportuno a consumo de múltiples drogas.
Contra esta resolución cerca de arbitrio frente a la Audiencia Provincial de Ourense.