los pisos turísticos son los nuevos focos para la venta de los camellos de Lavapiés


Lavapiés es un barrio de carnes al aire libre. Y no de ahora, sino de hace mucho tiempo, cuando el tradicional apodo fue desplazado por el contrabando. Hace un año, la plaza Nelson Mandela fue el escenario del desalojo de La Quimera, el gran edificio okupa donde se centralizaba la distribución de drogas en esta zona del Centro, quizás la más castigada del distrito. «Pero quienes creían que así se acabaría con el problema se equivocaron: de las cien personas que sacamos de allí, sólo cuatro se sumaron a las ayudas de los servicios sociales; El resto ha buscado nuevas formas de seguir traficando”, explican fuentes policiales fiables.

No se equivocan. De las dos sustancias ilegales más vendidas en la zona, la base de cocaína y la marihuana, esta última es especialmente demandada en muchos de los innumerables apartamentos turísticos. «La rueda es siempre la misma. Son jóvenes extranjeros, italianos, ingleses o alemanes (por ejemplo), que alquilan una de estas viviendas para pasar días en Madrid, porque en otros barrios céntricos, como Malasaña o Chueca, son más caras”, especifican. Y que Es donde los dealers de Lavapiés han encontrado ese nicho de mercado para el cannabis, principalmente.

«Llegan al departamento, tienen al vendedor en las plazas, prácticamente en la puerta, compran la droga, hacen fiestas en la casa y tienen hartos a los vecinos. Después salen a discotecas de la zona y, cuando regresan en el último momento, los mismos que les vendieron la mercancía les roban”, detalla un veterano agente de la comisaría de Centro.

Por lo tanto, la policia nacional, en colaboración con el Municipal, ha realizado en días dos dispositivos especiales: «Hemos detenido más de cuarenta camellos en estas dos actuaciones; y prácticamente todos los días arrestamos a un vendedor. “Son, en su mayoría, hombres senegaleses y guineanos”.

Sólo hay que darse una vuelta por este pedacito del barrio de Embajadores para darse cuenta de que no hay rincón sin dueño. Las plazas de Lavapiés, Arturo Barea, Nelson Mandela y Agustín Lara (en esta última, sobre todo, estas personas pernoctan) están llenas de pequeños grupos de africanos que se apresuran a ofrecer ‘mercancías’ al primero que se cruza. Me acerqué a él a menos de tres metros, según ha podido comprobar este periódico.

Video vigilancia

Lavapiés, con su bullicio de calles descosidas, huele a lumpen y a ‘aguaderos’ pagados por una micra de ‘basuco’ cuando pasa la Policía: «La situación en el barrio tiene aristas, va a trompicones; pero en general no ha cambiado mucho en los últimos años, ni para bien ni para mal. No es que sea el Bronx de Madrid ni nada por el estilo, pero sí que es cierto que los vecinos están hartos.

Un policía municipal registra a un pandillero en Lavapiés

isabel permuy

Y ponen como ejemplo estas fuentes el bar La Universidad, en el Mesón de Paredes con Tribulete, alrededor del cual es muy difícil pisar la acera sin toparse con algún tipejo traficante. Por no hablar del pequeño parque infantil justo detrás de la entrada principal del Metro del barrio, donde algunos de los hijos de estos traficantes juegan mientras sus padres suben y bajan por los pisos para reponer mercancías en forma de bolsas de papel.

En febrero pasado, el ciudad de madrid Instaló las ansiadas cámaras de videovigilancia, demandadas tanto por los vecinos como por los propios agentes que patrullan a diario el barrio. Son 17 dispositivos que, junto a un mayor patrullaje, pretenden desbaratar el negocio de la droga y todo lo que de él depende, como los robos con violencia y el narcotráfico. Los resultados están por verse, mientras se amplía el mismo servicio en las cercanas Chueca y Malasaña.

Este 7 de septiembre ambos cuerpos policiales llevaron a cabo el primero de los dos últimos dispositivos en calles y plazas de Lavapiés. Entre las siete de la tarde y las diez de la noche se desplegaron agentes de Seguridad Ciudadana del distrito Centro, así como los Guías Caninos y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), además de la Comisaría Integral del Distrito Centro. Al sur de la Policía Municipal. Más de 100 efectivos y 154 personas identificadas.

Las detenciones fueron por delitos contra la salud pública y violaciones a la Ley de Extranjería. También se realizaron inspecciones en siete locales y se llevaron a cabo varias propuestas de sanción por posesión de sustancia estupefaciente.

Este jueves, en la segunda macroredada de septiembre, fueron detenidos 11, la mayoría por delitos contra la salud pública por comercialización de estupefacientes.

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