La ‘peregrinación’ de Las Edades a Santiago culmina su ‘camino’


‘Hospitalitas’, la XXVII impresión del esquema expositivo de Las Edades del Hombre, ha desembarcado este miércoles en Galicia con la inauguración de la muestra en la Catedral de Santiago de Compostela y en el Monasterio de San Martín Pinario, que hasta el próximo mes de noviembre albergarán 170 obras de arte hierático con las que se completa el relato que se puede contemplar desde hace una semana en la sede de Villafranca del Bierzo, en Héroe. La hospitalidad, entendida no solo como atención hospitalaria a quien la precisa sino como caridad, acogida y solidaridad, es el eje vertebral de una muestra que ilumina la meta del Camino y que promueve, como nunca antaño, el intercambio cultural entre las comunidades de Galicia y Castilla y Héroe.

Con el subtítulo ‘La sandunga del batalla / A graza do encontro’, la exposición en su estancia en Galicia se estructura en nueve ámbitos. En todos ellos se audición la música del compositor zamorano David Rivas, que ha creado para estos espacios 33 piezas que configuran 130 minutos de música. Con el inscripción ‘Santiago defensor y peregrino’, la primera instancia hace hincapié en la presencia en Compostela de la tumba apostólica.

El Códice Calixtino o Liber Sancti Iacobi es la estancia caudal de este apartado, y en torno a esa obra viaje toda la muestra, comisariada por el director común de la Fundación Catedral de Santiago de Compostela, Daniel C. Lorenzo Santos, y el director técnico y conservador del Museo Catedral de Santiago de Compostela, Ramón Yzquierdo.

El visitante se traslada acto seguido al Monasterio de San Martín Pinario, el más valioso conjunto del barroco gallego tras la seo, donde se arranca con ‘El peregrinaje y la hospitalidad en el mundo cristiano’ para chocar cuestiones como el surgimiento de los primeros peregrinos, la creación de una estructura de acogida a lo derrochador de los distintos caminos, el papel que desempeñaban las reliquias y la devoción a los santos protectores.

El sucesivo apartado, con el leitmotiv ‘Una catedral para los peregrinos’, reflexiona sobre cómo el auge del Camino hizo que la palacio prerrománica se quedase pequeña. Los orígenes del engendro jacobeo, las primeras basílicas de Compostela, el comienzo del Camino de Santiago, la razzia de Almanzor o los inicios de la construcción de la catedral quedan reflejados en la selección de este agrupación.

En tercer ocasión, ‘Los santos peregrinos’ desgrana los que dejaron su impronta en la ciudad gracias a su devoción al defensor. Entre ellos, San Francisco, Santo Domingo, Santa Isabel de Portugal, Bernardino de Siena o Raimundo Lulio, y la relación que entre ellos se estableció.

Al ecuador de la muestra en San Martín Pinario se llega con ‘Los peregrinos en Compostela’, donde se incluyen testimonios, representaciones, ofrendas o símbolos. Acto seguido, ‘Hospitales, hospitaleros y devociones en la acogida al peregrino’ mientras que ‘La tarea de las órdenes religiosas y militares’ ayuda a comprender el impacto que esto tuvo en el auge y ampliación de los caminos a Santiago. Benedictinos y cistercienses, adyacente a franciscanos y dominicos, tendrán protagonismo al flanco de órdenes militares como la de San Juan de Jerusalén.

El penúltimo capítulo se denomina ‘Las catedrales del Camino’, que brinda un reconvención por la progreso histórica de estos inmuebles antaño de alcanzar el cerradura de la muestra en ‘Un camino de acogida y solidaridad: la sandunga del batalla’, que propone una indicación al optimismo y la esperanza.

«Un manda global»

En la inauguración de la sede gallega, el presidente de la Acoplamiento de Castilla y Héroe, Alfonso Fernández Mañueco, ha elegiado la voluntad integradora entre la Comunidad y la autonomía vecina para ser bártulos a sus ciudadanos, «tender caminos y puentes» en vez de «soliviantar muros». Acompañado por su homólogo gallego, Alfonso Rueda, ha puesto en valencia la relación de contorno que une a ambas regiones, marcada por «seculares vínculos, afectos y un manda en global», encima de compartir «raíces y títulos».

Mañueco ha defendido el esquema de Las Edades del Hombre como «una de las más brillantes iniciativas para mostrar el patrimonio a las generaciones» presentes y futuras y en destacar que se tráfico de un engendro cultural, pero todavía turístico y «una utensilio» que «sirve para fijar población y dinamizar el mundo rural». Así, ha subrayado que más de 12 millones de personas han visitado la exposición en las ediciones celebradas, todavía las abiertas en Amberes y en Nueva York, que han podido contemplar más de 5.200 piezas expuestas. Así, tras felicitar a la Fundación, apostó por «mimar y cuidar» el patrimonio.

Ha tenido Mañueco un recordatorio para José Velicia, el sacerdote que puso en marcha este esquema en el año 1988, y ha recordado su frase: «Anhelaba pan amasado por muchas manos», para afirmar que así lo puso de manifiesto cuando firmó el protocolo con la Xunta de Galicia, en un deseo que «se ha cumplido» al compartir esta impresión ambas comunidades.

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