Un policía salva la vida de un vecino en mitad de la noche tras oír gritos de su mujer embarazada: «Era una situación límite»


David, seis primaveras en el Cuerpo Doméstico, ahora adentro de la Hueste Provincial de la Policía Científica, se fue a la cama consciente de que al día sucesivo comenzaba el turno a las 8 de la mañana. Una incertidumbre más, pensó, pero mínimo más remotamente de la existencia. Minutos ayer de la 1 de la crepúsculo, los gritos desesperados de una mujer despertaron a medio vecindario; asimismo a David, que descalzo y con el pijama puesto salió al patio interior del edificio. «Había cuatro o cinco vecinos», recuerda, ayer de advertir el suelo desde el que se pedía ayuda.

Los residentes picaron a la puerta y no tardó en rasgar Confusión, una mujer encinta de casi ocho meses que casi nada podía articular palabra. «Me dijo que su marido no respondía», prosigue David, que entró y vio al hombre inconsciente; era una situación margen.

Comprobó que tenía pulso y le dijo a su esposa que llamara al 112, «pero acto seguido, el afectado empezó a echar espuma por la boca». El agente procedió a ponerlo en posición pegado de seguridad y le pidió el teléfono a Confusión. «Ella casi no podía susurrar, así que le dije al operario lo que pasaba y lo que estaba procediendo a hacer», resume, controlándole en todo momento el pulso y la respiración.

Tras ello, fueron unos compañeros de la Policía Doméstico los primeros en personarse en la vivienda. Entre todos, ayudaron a David hasta la venida de los facultativos del Summa 112, que estabilizaron al hombre, aquejado de un ataque epiléptico, y lo trasladaron al hospital. Los hechos ocurrieron el viernes 8 de junio y aún colean en el inmueble, del distrito de Salamanca, donde residen los protagonistas de una historia… con final oportuno.

Al día sucesivo, David recibió el cariño de sus vecinos, y ya con el marido de Confusión recuperado, la pareja se presentó en su casa para agradecerle de corazón los servicios prestados. La reconocimiento de uno y otro alrededor de su particular espíritu celeste de la observancia es tal, que asimismo han enviado una carta al director normal de la Policía Doméstico, Francisco Pardo Piqueras.

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