Desde la Asociación O Cimborrio critican el software de las fiestas en cuanto a la encargo del ruido. Fuentes de la asociación apuntan a que los límites establecidos por el gobierno particular no especifican una distancia desde la que evaluar los niveles sonoros, es proponer, no aclaran si se deben tomar las muestras en la propia fuente de audición o a diez metros, por ejemplo.
Desde O Cimborrio alertan de las molestias que supondrán las verbenas para los vecinos. “Si tienes fuera una banda tocando, los altavoces están prácticamente pegados”, señalan. Si el aislamiento sonoro de una vivienda reduce 30 decibelios y los altavoces emiten 130 decibelios, las viviendas contiguas sufrirían un nivel de ruido de 100 decibelios. “Un martillo rueda”, comparan estas fuentes. Desde la asociación igualmente recuerdan que, luego de la fiesta, continúa el ruido con el desmontaje del atmósfera, la marcha de los camiones de la basura y las máquinas sopladoras.