La doble vida de Ian Huntley, el gentil conserje de colegio que mató a las niñas de Soham


Eran poco más de las cinco de la tarde cuando Holly y Jessica se pusieron sus camisetas nuevas del Manchester United, su equipo preferido, y posaron sonrientes en presencia de la cámara. Aquella sería la última foto que se harían. Tras la grill conocido de aquella perplejidad, las niñas salieron a comprar unos dulces a un almacén cercano, pero quia regresaron. Tenían diez abriles.

Por el camino se toparon con el conserje de su colegio, un tierno amable al que guardaban específico cariño, principalmente porque su novia era una de sus maestras. Así fue cómo este depredador sexual engañó a las menores para materializar sus fantasías más perversas. Tras culminarlas, decidió asfixiarlas y trasladar sus cuerpos hasta un parte alejado: allí las quemó y enterró. Cuando las autoridades los encontraron, estaban irreconocibles.

Numerosos informes

Ian Kevin Huntley nació el 31 de enero de 1974 en Grimsby (Inglaterra), en el seno de una comunidad trabajadora que, tras el origen del segundo hijo, se mudó a una población cercana, Immingham, donde nuestro protagonista empezó el colegio. Durante estos abriles, Ian se mostraba como un irreflexivo solitario, achicopalado, introvertido, con continuos berrinches para tachar la atención, lo que le convirtió en el blanco de los matones.

Tal fue el acoso escolar sufrido, que sus padres le cambiaron hasta dos veces de centro. Aquello le proporcionó otra vida, le sirvió para encontrar nuevas conocidos, disfrutar del fútbol y unirse a su nueva pasión, los aviones. Se afilió al Air Training Corps, una ordenamiento joven voluntaria centrada en la aviación marcial y que le hizo familiarizarse con los alrededores de la Colchoneta Aérea de RAF Lakenheath, un oficio secreto en esta historia, como veremos más delante.

Ian Huntley, de niño

Ian Huntley, de irreflexivo

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En enero de 1995, posteriormente de ir de un trabajo precario a otro, se casó con su novia Claire Evans, de 18 abriles. Llevaban tan solo dos meses de relación. Sin retención, aquel tierno encantador y cariñoso de las primeras semanas, pronto se convirtió en todo un monstruo. Ian tenía un carácter violento e iracundo y sometía a Claire a continuas vejaciones y malos tratos. La chispa que colmó el vaso fue cuando la golpeó y violó de forma colosal provocándole un frustración.

Si esto ocurría en casa, de puertas para fuera, Ian sacaba otra circunstancia aún más terrible. Entre 1995 y 1999, Ian fue denunciado cuatro veces por proseguir relaciones sexuales con menores de etapa, de entre 13 y 15 abriles, singular de cuatro acusaciones de violación, una de ellas contra una pupila de tan pronto como 11 abriles.

Ian Huntley, en su etapa adolescente

Ian Huntley, en su etapa adolescente

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Ahora aceptablemente, la desliz de pruebas y la negativa de algunas de las víctimas menores a presentar cargos dificultaron las investigaciones y, por consiguiente, que llegase a sumario. Asimismo fue arrestado por robo, aunque los cargos finalmente fueron retirados porque no había pruebas suficientes. Poco similar ocurrió con otros dos cargos de violación en abril de 1998: pese a ser detenido nuevamente, la policía no logró indicios para llevarlo en presencia de los tribunales.

Entonces, llegó a su vida Maxine Carr, de 22 abriles, una tierno maestra de escuela, a la que conoció en una discoteca una perplejidad de febrero de 1999. Al mes de salir, ella se mudó con él; Ian decidió cambiar de trabajo y presentar una solicitud como conserje en el mismo colegio, y lo contrataron. Pero cinco meses posteriormente, llegó el abismo.

Maxine Carr, novia de Ian Huntley

Maxine Carr, novia de Ian Huntley

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Ian comenzó a maltratar a Maxine tanto física, como sexual y psicológicamente. En consecuencia, la tierno lo denunciaba (lo hizo una decena de veces), pero posteriormente retiraba los cargos cuando le pedía perdón. Era el rectificación pintoresco de un maltratador. La situación entre ellos estalló la mañana del 4 de agosto de 2002.

Ian y Maxine tuvieron una acalorada discusión por teléfono por las supuestas aventuras extramatrimoniales de ella y porque aquella perplejidad no dormiría en casa sino en la de su religiosa, fuera de la ciudad. 


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Frente a la presión, la tierno colgó y él, muerto de celos, según consta en la documentación del caso, decidió sacar toda aquella enojo y frustración. Desgraciadamente, dos de las alumnas de Maxine, Holly Wells y Jessica Chapman, de 10 abriles, que habían saliente a comprar chuches posteriormente de cenar, se toparon en su camino

El simulación

Con la excusa de saludar a su maestra, Ian engañó a las menores para subir a la casa. Una vez allí, este depredador sexual trató de forzar sexualmente de ellas, las golpeó y terminó por asfixiarlas. Para borrar todo tipo de pruebas, las desnudó quitándoles las camisetas del Manchester United, y trasladó sus cuerpos hasta la cojín aérea de la RAF Lakenheath, donde tantas veces había acudido a observar aviones.

Una vez allí, cavó una tumba poco profunda, lanzó los cadáveres y los prendió fuego. Posteriormente, condujo al almacén del colegio donde trabajaba y estudiaban las niñas, y quemó la ropa y los zapatos en un contenedor de basura. Acto seguido, regresó a su casa y eliminó pruebas, incluso desinfectó su transporte y le cambió el forro del maletero, encima de tirar una frazada que cubría el asiento trasero.

Holly Wells y Jessica Chapman, asesinadas por Ian Huntley

Holly Wells y Jessica Chapman, asesinadas por Ian Huntley

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Durante las siguientes dos semanas, la búsqueda de las niñas fue frenética. Al dispositivo policial, que comenzó la misma medianoche de su desaparición, se unieron cientos de voluntarios. Se colgaron carteles por toda la ciudad, los padres de Jessica y Holly dieron una rueda de prensa para pedir ayuda, y hasta David Beckham hizo un citación televisivo para que regresaran sanas y salvas.

En cuanto a la investigación, los agentes se fijaron desde el inicio en Ian, el conserje de 29 abriles, al apuntalar ser la última persona en tener conocido a las niñas aquella perplejidad. Su comportamiento les resultó sospechoso: no solo hacía demasiadas preguntas, sino que hizo declaraciones a los medios de comunicación que cubrían el caso.

La ropa calcinada de Holly Wells y Jessica Chapman, asesinadas por Ian Huntley

La ropa calcinada de Holly Wells y Jessica Chapman, asesinadas por Ian Huntley

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Los investigadores decidieron registrar la casa del sospechoso, pero no hallaron falta. Una semana posteriormente, revisaron de nuevo las instalaciones del colegio e hicieron un significativo hallazgo: un contenedor de basura con los restos medio quemados de las camisetas del Manchester United de Jessica y Holly adyacente con sus zapatos.

Unos días más tarde, el 17 de agosto, la policía arrestó al conserje y incluso a su novia bajo sospecha de homicidio. Mientras los interrogaban, un guarnición forestal encontró a las niñas parcialmente quemadas en una zanja de dos metros de profundidad de la cojín aérea. Los informes de la necroscopía indicaron que la causa probable de su asesinato fue asfixia.

Ian Huntley, a la puerta de su casa con el cartel de las niñas desaparecidas de fondo

Ian Huntley, a la puerta de su casa con el cartel de las niñas desaparecidas de fondo

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Un siniestro

En este primer interrogatorio, Ian se negó a replicar preguntas y se mostró evasivo, confundido, fingió tener una enfermedad mental y mantuvo silencio. De hecho, fue enviado a un hospital para realizarle una evaluación psicológica exhaustiva. Días más tarde, su psiquiatra confirmó que era mentalmente competente.

Respecto a su novia, la maestra se morapio debajo, admitió tener mentido y dar coartada a Ian por temor a su reacción violenta. Adicionalmente, explicó cómo ocurrieron los crímenes aquella perplejidad: Ian se lo confesó al regresar de casa de su religiosa. La pareja permaneció en prisión provisional acusados de homicidio y de obstrucción a la jurisprudencia.

Ian Huntley habla para la televisión sobre la desaparición de Holly Wells y Jessica Chapman

Ian Huntley acento para la televisión sobre la desaparición de Holly Wells y Jessica Chapman

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El 5 de noviembre de 2003, dio principio el sumario contra los acusados en presencia de el tribunal de Old Bailey. Ian Huntley se declaró inocente de los cargos de homicidio y, para ello, hizo una sorprendente confesión. El conserje aseguró que la asesinato de las pequeñas se debió a un horrible siniestro.

Según su lectura de los hechos, Holly tuvo una hemorragia nasal y el perceptible la instó a curarla en el baño. La pupila se colocó próxima a la bañera, que estaba llena de agua porque previamente el conserje había estado bañando al perro, y sin querer el tierno la golpeó en torno a antes y la pupila se cayó interiormente. Entonces, Jessica empezó a patalear repetidamente: “¡Tú la empujaste!”.

El baño donde Ian Huntley mató a las niñas

El baño donde Ian Huntley mató a las niñas

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En un esfuerzo por calmarla, Ian le tapó la boca con la mano y, en el proceso, la asfixió “accidentalmente” mientras intentaba sofocar sus gritos. Al mismo tiempo, Holly se ahogó en la bañera oportuno al impacto. Cuando Ian se percató de esto, ya era demasiado tarde: ambas niñas estaban muertas. Aquí fue cuando, según su lectura, entró en pánico y se bloqueó, pasando a idear la forma de deshacerse de los cuerpos.

Aquella surrealista información dejó perpleja a la sala y el fiscal no dudó en arremeter duramente contra el perceptible en su alegato final tildándole de mentiroso. El 12 de diciembre el comité popular encontró culpable al conserje y, cinco días más tarde, el togado emitió el veredicto. Ian Huntley fue sentenciado a dos cadenas perpetuas por los asesinatos de Holly y Jessica.

Ian Huntley, durante el juicio

Ian Huntley, durante el sumario

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“Usted las asesinó a ambas. Usted es la única persona que sabe cómo las asesinó, usted es la única persona que sabe por qué”, le dijo el togado durante la recital de la sentencia. Por su parte, Maxine Carr fue condenada a tres abriles y medio de prisión por obstrucción a la jurisprudencia.

El caso del monstruo de Soham, como lo bautizó la prensa británica, llevó al Profesión del Interior a realizar una investigación interna para esclarecer cómo era posible que un depredador sexual con numerosos informes pudiera trabajar en un colegio. Así fue cómo la ley se endureció y se perfeccionó el sistema de comprobación de los registros de ataques sexuales.

Un policía pone flores en el lugar donde aparecieron Holly y Jessica, niñas asesinadas a manos de Ian Huntley

Un policía pone flores en el oficio donde aparecieron Holly y Jessica, niñas asesinadas a manos de Ian Huntley

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Durante los abriles que Ian lleva en prisión, el dañino ha tenido varios intentos de suicidio, el posterior en 2007, y ha sufrido varias agresiones por parte de otros reclusos. La más llamativa ocurrió en 2017, cuando Peter Sutcliffe, el destripador de Yorkshire, se peleó con él, le mandó a la mierda y le soltó un “condenado dañino de niños”.

Ian Huntley, antes de entrar al juicio

Ian Huntley, ayer de entrar al sumario

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Un año más tarde, se filtraron unas grabaciones donde el conserje pedía perdón desde su celda: “Sé que la masa de Soham me acogió en su comunidad, confiaron en mí, me dieron un trabajo y una casa, y los traicioné de la peor guisa posible. Lamento lo que he hecho, lamento el dolor que he causado a las familias y amigos de Holly y Jessica, el dolor que he causado a mi comunidad y amigos, y el dolor que he causado a la comunidad de Soham. Lo siento de verdad, de verdad y me rompe el corazón cuando se informa que no tengo remordimientos, que disfruto de poco. No es así. Sé que nunca saldré. Lo he aceptado desde el primer día”.

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