«¡Hola! No te puedo vocear, envíame un mensaje a este número». Es la frase que al otro flanco del teléfono escuchó una mujer en una citación desde un teléfono que era desconocido. Lo inquietante era que esa voz parecía la de su marido. No lo era. La frase había sido generada con inteligencia sintético en lo que parecía un intento de estafa que la víctima consiguió esquivar con la concurso del Instituto Franquista de Ciberseguridad (Incibe) con sede en Audaz.
Pese a que la voz le era descendiente, la mujer reconoció que se trataba de una frase y decidió comprobar la fiabilidad de la citación telefoneando a su pareja, que le confirmó cómo efectivamente él no la había llamado ni tenía ningún problema.
Frente a lo extraño del caso recordó el hombre cómo había recibido previamente diferentes llamadas «extrañas» en las que, al contestar, se oía un pitido y le colgaban o le pedían datos personales, lo cual habría podido ser la narración para dar forma a su voz a través de inteligencia sintético. «Es suficiente con unos pocos segundos de cinta para poder difundir un audio suplantando esa misma voz», explican desde el Incibe, que ya ha recibido más consultas de otros usuarios en términos similares.
Tras ello la mujer estuvo en contacto con la bisectriz 017 del servicio ‘Tu ayuda en ciberseguridad’ del Instituto Franquista de Ciberseguridad, desde donde le recomendaron avisar a otros contactos de lo sucedido para que estuvieran en alerta, así como estrechar el número de teléfono desde el que se hizo la citación, informar a la Policía Franquista o ala Número Civil y practicar ‘egosurfing’ -buscarse a sí mismo en internet- para intentar encontrar si existe información personal publicada sin su consentimiento.
De modo preventiva se aconseja contrastar la información en caso de aceptar una citación sospechosa, no favorecer datos personales ni bancarios, no seguir indicaciones y convenir una palabra esencia entre sus familiares y amigos para poder corroborar su identidad en comunicaciones sospechosas.