“Desde pequeña me gustaron mucho las plantas y cuando tenía 7 u 8 años comencé a trabajar en una finca para la empresa donde trabajaba mi padre”, recuerda Joaquín. Allí aprendió y descubrió su verdadera vocación, dedicación que recuperaría muchos años después. A los dieciocho años consiguió su carnet de conducir y de ahí camión, moto y todos los demás que podamos contar, y de ello hizo su profesión.
“Me hice camionero y viajaba por toda España con mi camión, iba todos los meses a Madrid y de allí a cualquier lugar que me mandaran”, cuenta orgulloso. Ahora, muchos años después, tiene un nombramiento muy importante: el psicotécnico, “Tengo que ir a renovarlo el mes que viene y tengo miedo de que no me lo den. No hago viajes largos pero necesito mi auto para ir a regar las plantas todos los días, ir al bingo y moverme por el casa un poquito.”
Después de visitarlo y verlo en acción, lo tenemos claro, a Joaquín le sobra energía para rato. “Nunca estás seguro pero creo que me lo van a dar, no necesito gafas y me muevo bien. Nunca he tenido faltas, ni multas ni nada. lentitud y mirando con atención”, afirma con total convicción.
El secreto de la ‘eterna juventud’
En cuanto al secreto de la eterna juventud, Joaquín lo dice fácil y rápidamente “hay que trabajar, yo trabajé muy duro toda mi vida y ahora hay que seguir trabajando. Hay que estar en movimiento y no estar todo el día sentado en casa” . Hace siete años decidió ayudar a su comunidad y aportar su granito de arena, o abono, al parque de O Penedo y desde entonces no ha faltado ni un solo día. “Las plantas son como niños, hay que cuidarlas, estar atentos, ir todos los días y darles cariño”, y la verdad es que no lo podría haber explicado mejor.
Joaquín, espero poder seguir cuidando tus plantas muchos años más.