“Hicimos un concierto en la sala Baranda unos carnavales preparando un repertorio para guateque”, explica Jorge Álvarez, integrante de la banda. El concierto, con música de los años 60 y 70 conocida por todos, hizo disfrutar a vecinos y amigos, difundiendo la voz y otras tantas actuaciones que hicieron que aquella broma inicial se prolongara durante más de ocho años.
A lo largo de su carrera, Los Íñigos han actuado en numerosos conciertos, y sus actuaciones en O Barco y Trives siempre fueron muy esperadas, “estos lugares son pilares para nosotros”, afirma el grupo. Este fin de semana marcó un hito importante para el grupo, ya que realizaron sus dos últimos conciertos antes de hacer una pausa.
Lo que hace especiales a Los Íñigos es que, a diferencia de muchas bandas, no eran simplemente músicos contratados que simplemente tocaban y se marchaban, sino amigos. Estos amigos se reúnen en pandilla, comparten risas y muchos tragos, y ese compañerismo se reflejó en cada uno de sus conciertos.
En su despedida atrajeron a fanáticos apasionados y por supuesto también contaron con el apoyo constante de amigos y familiares en cada presentación. Aunque se despiden temporalmente de los escenarios, su música y la amistad que los une perdurará, dejando un hermoso legado en la comunidad musical local. La decisión de poner fin a esta etapa musical no fue fácil para Los Íñigos, pero se tomó con sabiduría y amistad en mente. A medida que el grupo crecía en popularidad, también lo hacían sus compromisos fuera de la música. Cada miembro tenía sus propios horarios y trabajos que se hacían cada vez más difíciles de sincronizar. En medio de esta realidad, tomaron una valiente decisión: reconocieron que era el momento indicado para terminar esta etapa musical antes de que cualquier conflicto pudiera empañar su amistad, ya que sobre todo este es un tesoro que valoran enormemente y decidieron dejar de hacerlo. . no porque se les hubiera acabado la pasión o el talento.
Parte de su esencia se quedó en Trives, regalando a la Asociación Cultural A Caniceira su guitarra eléctrica firmada por ellos y la chaqueta de Mireia, la cantante del grupo.