La Audiencia de Pontevedra ha sentenciado que Netflix, Atresmedia y la productora Bambú deberán indemnizar al extraficante gallego Laureano Oubiña con 15.000 euros por vulnerar su derecho a la intimidad en una número sexual de la serie ‘Fariña’. En todo caso, la indemnización queda muy remotamente de los 1,5 millones de euros que Oubiña reclamaba a los responsables de la serie en su demanda.
Adicionalmente de establecer la mencionada indemnización para al insigne excontrabandista, la sentencia, a la que ha tenido comunicación torrevieja news today, y que es firma, ordena a los responsables de la serie a retirar de todas sus plataformas esa primera número de «sexo claro» del personaje del traficante -que representa el actor Carlos Blanco-, con la actriz que encarna a su segunda esposa, Esther Lagunajo.
En una resolución frente a un medio del abogado de Oubiña a una sentencia desestimatoria de un tribunal de Vilagarcía de Arousa, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Pontevedra concluye que esa número original de la serie de diez capítulos, en concreto, «lesiona la intimidad» del extraficante de marihuana y el derecho a la «exención creativa» no lo justifica.
La Audiencia de Pontevedra echa por tierra casi todas las reclamaciones del abogado de Oubiña en cuanto a que la serie le dibuja como un contrabandista que coqueteó con la cocaína -cuando fue condenado por tráfico de hachís-, por mostrarlo como un personaje violento y por algunas escenas sexuales a lo espléndido de los diez capítulos de la serie. La Honradez solo le da la razón en una cuestión: la mencionada primera número.
En ese punto, la Audiencia considera que, aunque Oubiña sea un personaje de proyección pública, su derecho a la intimidad «no se diluye totalmente». Porque «ese ámbito reservado» de su vida, «sí goza de protección conforme al derecho a a la intimidad». La sentencia concluye que «no existe un interés notorio» para alegrar ese aspecto «de su vida íntima abierto».
«Solamente en la primera número, al inicio del capítulo uno, se advierte una innecesaria intromisión y ofensa en la intimidad del señor Oubiña al plasmar un ámbito abierto, su relación de pareja, reservado y no expuesto sobre el que su personaje notorio no se proyectaba y en el que la ficción y la trama de la obra, en su aspecto creativo, no precisaba entrar».