El Gobierno de Bolivia termina en tres horas con el golpe de Estado



El Gobierno de Bolivia sofocó casi nada tres horas a posteriori el intento de moradura de Estado encabezado por el normal Juan José Zúñiga, quien próximo a unidades del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país, un incidente que se ha saldado con al menos nueve heridos.

Zúñiga, quien aseguró que nombraría un nuevo ministerio y liberaría a todos los “presos políticos”, finalmente cejó en su empeño tras confrontar con el propio presidente Arce a las puertas de la sede del Gobierno, quien le ordenó replegarse.

La retirada se produjo a posteriori de que el presidente Luis Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez, tras lo que Arce agradeció el apoyo de la población, que se trasladó a las inmediaciones de la plaza Murillo, como a la comunidad internacional, según publicó la agencia de noticiario boliviana ABI.

“Haremos respetar la democracia ganada con el voto del pueblo boliviano en las urnas. Saludamos al pueblo boliviano que anoticiado de estos acontecimiento está rodeando la plaza Murillo, y a los organismo internacionales que han reprochado estos actos, y a los países amigos que se han pronunciado en privanza de la democracia”, afirmó Arce, quien previamente pidió una movilización popular contra la asonada.

Al menos una decena de militares bolivianos fueron detenidos ayer por su presunta implicación en el intento de moradura de Estado que encabezaron el normal Juan José Zúñiga y el comandante de la Armada Juan Arnez Salvador, que igualmente fueron arrestados.

El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, indicó en una rueda de prensa que todos ellos se encuentran ya bajo custodia, mientras las autoridades siguen tratando de identificar a “toda la red de apoyo que se movilizó” en el ámbito del intento de alzamiento marcial. Asimismo, Del Castillo descartó la décimo de la Fuerza Aérea en la intentona golpista y confirmó que todas las tropas se encuentran ya bajo control del Estado boliviano.

AUTOGOLPE

En este sentido, abordó las palabras de Zúñiga, que acusa al presidente, Luis Arce, de utilizarlo para sobrellevar a agarradera un “autogolpe”, y afirmó que el marcial “carece de credibilidad alguna” en dicho asunto. “Vamos a deshacer esta red antidemocrática”, declaró Del Castillo, que estima que, en caso de ser declarados culpables, los militares rebeldes podrían enfrentarse a penas de entre quince y treinta abriles de calabozo.

Por su parte, el ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, afirmó por su parte que el Gobierno tiene “el control total y completo de las Fuerzas Armadas” del país, por lo que hizo un llamada a la “calma y la tranquilidad”, al tiempo que prometió que los militares responsables de la asonada serán “procesados” por el propio Ejército.

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