La UE rebaja las prisas del gobierno español con el catalán



No es muy común ver en Bruselas una Finlandés hablando catalán delante de las cámaraspero Anders Adlercreutz, ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, lo ha intentado, haciendo enormes esfuerzos para conseguir su mejor acento y suavizar así el tono de la dura postura que hoy ha fijado su Gobierno.

El ministro ha asegurado que “es un gran amigo de las lenguas de España y de la cultura catalana”, lo que “Todos debemos defender la diversidad lingüística de la UE” pero que “también debemos conocer las consecuencias de nuestras decisiones”. Una forma elegante de expresar las dudas que tiene su país sobre dar un paso de tan gran calado, y dejar claro que los países han decidido posponer el tema sin fecha hasta futuras reuniones.

El gobierno español prefiere quedarse con la parte positiva, es decir, no ha habido un veto absoluto y el tema seguirá vivo (aunque esté en un cajón). Con este planteamiento, el Gobierno intenta demostrar que ha hecho lo imposible para atender la demanda de Carles Puigdemont, a cambio de sus votos para la investidura.

El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, reconoce que algunos estados han pedido más tiempo para analizar el tema: “Hemos acordado seguir trabajando para responder a las dudas de algunos países”. Y, ante los recelos sobre el coste de la medida, asegura que “el Gobierno español ha manifestado su compromiso de asumir los gastos derivados de la propuesta”.

Recelos en muchas capitales

Él plan diseñado por el Ministerio de Asuntos Exteriores Pretendía oficializar las tres lenguas (catalán, vasco y gallego) en la UE en una única reunión en Bruselas, casi sin debate previo en grupos de trabajo, una propuesta sin precedentes en la Unión. España, lógicamente, se ha enfrentado a posiciones encontradas por parte de algunas delegaciones, que han solicitado un informe a los servicios jurídicos del Consejo para evaluar las consecuencias que tendría la medida.

Uno de los países más duros ha sido Suecia, su ministra Jessika Roswall admitió que “necesitamos más análisis desde el punto de vista jurídico y económico. “Saber qué implicaciones tendrá porque hay muchas lenguas minoritarias dentro de la UE que no son oficiales”. Su colega croata, Andreja Metelko, afirmó que “quieren tener más detalles sobre la situación a nivel nacional de estas tres lenguas dentro de España”. Y el responsable de Asuntos Europeos de la República Checa, Martin Dvorak, reconoció que “es una propuesta sin precedentes, por lo que necesitamos estudiarla en profundidad, ya que afecta al dinero y al presupuesto comunitario”.

El Gobierno prioriza el catalán

Dentro de la sala, algunos países han afirmado que incluir tres idiomas a la vez sería mucho más difícilasí lo ha decidido el gobierno español priorizar el catalán sobre las otras dos lenguas candidatas, el gallego y el vasco.

Lo más llamativo es la explicación que la ministra Albares dio a los periodistas al final de la reunión para justificarlo. Asegura que se ha hecho porque “los representantes de esta lengua Lo han planteado con más insistencia, y lo hablan más de 10 millones de personas”.

Aún se desconoce qué significa exactamente para el catalán ser la primera lengua oficial, pero es una decisión delicada y arriesgada, porque discrimina a las otras dos. Un movimiento más que muestra las prisas del Govern por conseguir los siete votos de Carles Puigdemont para la investidura.

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