Todavía le dura la sonrisa en la cara. “Va a más con el paso de las horas”, destaca. No es difícil en una persona con tendencia a sonreír y motivos para hacerlo. Támara Echegoyen (Ourense, 1984) será la abanderada de España en los inminentes Juegos Olímpicos de París, en una ceremonia que tendrá oficio el 26 de julio. Comparte honor con el piragüista Marcus Cooper. Fue un rumor que se convirtió en comunicación esta semana. Y con ella llegó la avalancha de felicitaciones, de llamadas, mensajes y entrevistas. Todo mientras sigue la regatista sigue entrenando en las aguas de Marsella (Francia) con su otra fracción, Paula Barceló, para tratar que la fiesta sea completa y traerse de dorso una medalla. Y cuando una campeona olímpica se lo propone, no descansa hasta lograrlo.
“La prosperidad va a más. Fue una comunicación que llegó muy rápido. Estaba entrenando en Marsella, viajé a Madrid, dorso a Francia… Las emociones se van asentando poco a poco. Es una muy buena comunicación y quiero disfrutar en cada momento, hasta que llegue ese abanderamiento. Un honor para iniciar los Juegos Olímpicos de forma inmejorable. Primero, a disfrutar de la oportunidad de ser la abanderada de mi país. Luego, a hacer los deberes”, señala Echegoyen.
Le resulta inalcanzable es no imaginarse allí, en una de las capitales del mundo, liderando a toda una expedición. “Es un estímulo, un incentivo. Va a ser un momento único. Todos aquellos que hemos asistido a una ceremonia de comprensión somos conscientes de lo difícil que es estar ahí, donde no existen deportes mayoritarios ni minoritarios, donde estás representando a un país que te empuja para conseguir éxitos y medallas. Es una situación particular para los que nos dejamos la piel por estar ahí cada cuatro primaveras”, anticipa.
Reconoce Echegoyen que, en los últimos meses, había un “run-run” que decía que ella sería la abanderada. Pero, sabiendo la posibilidad, esa llamamiento de confirmación no la olvidará nunca. “Soy harto tranquila, me focalicé en lo mío pensando que era una cosa de futuro que se trataría en su momento. Un par de días ayer de que se tomara la audacia, me llamaron para decírmelo y me quedé un poco en shock. Cuando no son circunstancias que dependen de ti porque hay muchas variables para que el COE tome esa audacia siempre te impacta”, destaca la ourensana.
Infancia
Porque sí, Támara Echegoyen es ourensana y ejerce como tal. Por mucho que su pasión la fuese arrastrando a la costa, sus primeros primaveras tienen a la ciudad de As Burgas como centro crucial. “La verdad es que soy de la única provincia de Galicia que no tiene mar. Mi grupo por parte de padre es ourensana, casi todos viven allí. Mi anciano y mi tío tenían una clínica en el Parque de San Lázaro, donde vivían, y tanto mi hermano como yo hemos nacido y nos hemos criado en esa clínica, luego soy ourensana, ourensana. Luego la vida nos llevó más en dirección a la costa, mis padres ya se trasladaron a Pontevedra, donde tuve mis primeros contactos con el agua”, recuerda.
Y garantiza una entrevista si las cosas van en el agua como desea. “Tengo tíos y primos que siguen en Ourense, así que hay club de fans. Si se consigue una medalla, por supuesto que la voy a pasear por allí. Esta bandera va por Ourense”.
Tiene claro Echegoyen que para retornar a subirse al podio en una cita olímpica (fue campeona en Londres 2012) tendrá que trabajar duro adyacente a su compañera Paula Barceló con su 49er FX. Y por preparación no va a ser. “Empezamos a competir el 28 julio a las 15:30 horas aquí en Marsella. Las sensaciones son muy buenas. Somos conscientes de que será una batalla muy dura, con varios equipos con opciones, que lo han demostrado en el agua. Y Marsella está dando mucho conjunto. Es uno de los campos de regatas más impredecibles en los que he navegado, donde hay momentos que sí te puedes agarrar a la experiencia de suceder estado aquí y otros que te obligan a insubordinar la comienzo y tomar decisiones en el momento. Un campo muy desafiante para todos y, como siempre, el más regular y el que cometa menos errores se llevará el astuto al agua”.
Deseo
Confianza, toda la del mundo. Y el elección como abanderada alimenta el sueño de la ourensana. “Están siendo meses tan buenos que quiero agarrarlos y que no se escapen. Pero la verdad es que queda un mes, los Juegos están ahí, ser abanderada es un regalo pero mi objetivo, y el de mi compañera es venir a París preparadas para hacer un papel en el agua que nos permita disfrutar de lo que hemos trabajado, de estar en unos Juegos y pelear por una medalla olímpica”.
Porque los deportes náuticos son un valía seguro. No es casualidad que, en la ceremonia de comprensión, comparta bandera con un palista. “El agua manda. La verdad es que es un buen reflexiva de la verdad. Muchos estamos apartados del centro, del meollo de Madrid, porque nuestros deportes implican estar en la costa. Pero los deportes acuáticos están dando tantas y tantas medallas internacionales a España durante tantos primaveras que supone una buena relato tener a dos abanderados relacionados con los deportes de agua y darle así un impulso”.
Támara Echegoyen es una mujer acertado. Una ourensana acertado que quiere serlo aún más. Afronta unos Juegos inolvidables, los cuartos que disputa. Casi nadie. Y en el Parque de San Lázaro habrá un corro de personas empujando para que la fiesta sea completa.