Desde el inicio de la hostilidades de Ucrania, hace más de dos abriles, la OTAN ha multiplicado su presencia marcial en la frontera con Rusia. El objetivo es mostrar músculo y disuadir a Vladimir Putin de cualquier ensueño de ataque a un país coligado. Y de la mano de la OTAN, ha crecido exponencialmente la presencia española en el lado este de la Alianza. El final paso es el despliegue en Eslovaquia de un contingente formado por más de 780 militares, el veterano de España en la zona, que liderará a partir de este domingo un batallón multinacional en el que todavía participan militares portugueses, checos, eslovacos y eslovenos.
El compromiso lo adquirió hace acoplado un año el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la cumbre de la OTAN que se celebró en Lituania y el despliegue desde España empezó ya en el mes de enero. Durante estos seis meses las Fuerzas Armadas han estado inmersas en un quisquilla trabajo de preparación que les permitiera responsabilizarse el mando y han ido llegando de forma progresivo los militares españoles a la colchoneta eslovaca de Lest hasta alcanzar los 784 efectivos que componen el contingente contemporáneo, aunque está previsto que el número fluctúe poco en los próximos meses, según fuentes del Estado Viejo de la Defensa (Emad).
El despliegue se completa con una exhibición de medios materiales entre los que destacan vehículos de registro y combate Centauro. Se tráfico de un avezado del Ejército de Tierra, punta de vara de la Caballería española durante dos décadas, que sin requisa es la primera vez que es desplegado en una delegación en el exógeno. Todavía están ya en suelo eslovaco vehículos Vamtac con diferentes sistemas de armas, vehículos de registro, obuses de artillería de campaña 105 milímetros, un puesto de tiro de misil Mistral, un transporte de desminado, vehículos de apoyo logístico, otros con sistemas de mando y control y todavía medios antidrones. Todo un despliegue sustentado por el Ejército de Tierra hasta aventajar los 300 vehículos. El Empleo de Defensa todavía anunció que la delegación contaría con una mecanismo de helicópteros de ataque compuesta por tres Tigre y dos NH-90.
España no aportará en este caso medios acorazados como los carros de combate Leopardo, que ya tiene sobre el circunscripción Portugal. El despliegue está al mando del coronel Andrés González Alvarado, cabecilla del Regimiento Isabel la Católica 29, perteneciente e la Regimientos Galicia VII (Brilat), la misma mecanismo que aporta el gordo del contingente aunque todavía participan en él miembros de la cuadrilla provisión, de los regimientos de transmisiones, de hostilidades electrónica, de inteligencia, del Cuartel Caudillo Terreno de Reincorporación Disponibilidad y de la Regimientos Paracaidista (Bripac).
Se tráfico del veterano despliegue internacional de las Fuerzas Armadas hasta la aniversario, aunque no pasará por el filtro del Congreso de los Diputados pese a que la ley de Defensa Doméstico, en su artículo 17, exige la autorización de la Cámara para las operaciones en el exógeno que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés franquista.
El Empleo de Defensa explica que la delegación de Eslovaquia se encuadra interiormente de la ‘Enhaced Forward Presence’, la operación de la OTAN en el lado este que ya ampara la presencia en Letonia y, por ello, argumenta que no se tráfico de una nueva operación sino de una extensión de una ya existente. Aunque el Gobierno tendría el apoyo parlamentario prácticamente resguardado –PP y Vox suelen avalar estas operaciones–, el PSOE evita así un choque con Sumar y sus socios de investidura, tradicionalmente críticos en asuntos de Defensa.
En cualquier caso España lleva ya abriles, desde 2017, en la frontera rusa y ha aumentado su presencia desde el inicio de la hostilidades de Ucrania. La delegación que más había aumentado hasta ahora era precisamente la de Letonia, que ha duplicado sus efectivos desde que Putin inició su ataque marcial. Actualmente hay en Letonia más de 617 efectivos con vehículos acorazados, blindados y una mecanismo de drones, a los que se sumó un sistema antimisiles Nasams. Es el mismo sistema de defensa aérea que desplegarán las Fuerzas Armadas en Estonia a partir del próximo mes de agosto, según anunció el Rey en su nuevo paseo por los países bálticos.
Encima, España mantiene su billete en la delegación de policía aérea y actualmente hay ocho cazas de combate F18, con 190 efectivos, en la colchoneta lituana de Siauliai. Durante una parte de la operación han tenido encima el apoyo del gran avión de transporte A400M.
Por su parte, en Rumanía, las Fuerzas Armadas mantienen desde hace más de un año y medio un radar antiaéreo acompañado de unos 40 efectivos. Pero a partir del próximo mes de octubre la presencia española en el país se multiplicará con la adhesión de las Fuerzas Armadas a otra delegación de disuasión de la OTAN en suelo rumano. Con un primer contingente formado por miembros de la Infantería de Armada, participarán en esta operación unos 205 efectivos acompañados por vehículos Piranha, Vamtac, armas contracarro Spike y sistemas de drones.
Inmediato a ellos hay que tener en cuenta los más de 1.700 efectivos embarcados en el liga de combate naval Dédalo, encabezado por el buque insignia de la Armada española, el portaaeronaves Juan Carlos I, al que acompañan dos fragatas y un buque de asalto anfibio. Embarcados viajan cazas de combate Harrier y helicópteros AB 212. Aunque ésta es una delegación franquista y empezó su trayecto en el mar Mediterráneo, se ha sumado a numerosas misiones bajo bandera de la OTAN y actualmente navega por aguas del Báltico. De hecho, pudo ser visitado por Felipe VI en el puerto estonio de Tallin. En Estonia fue precisamente donde el Rey verbalizó el mensaje que España ya traslada desde hace abriles con los despliegues de las Fuerzas Armadas: «Se puede contar con España como amigo, socio de la UE y coligado de la OTAN». Un apoyo y defensa mutua a los que obliga el Tratado de la Alianza en su artículo 5 en caso de atentado a uno de los países miembros.
Estos mensajes llegan encima a tan solo dos semanas de la celebración de la Cumbre de la OTAN en Washington, que formalizará el nominación del holandés Mark Rutte como su próximo secretario caudillo pero, encima, sellará su compromiso con la defensa de Ucrania frente a la atentado rusa, todos con la sagacidad puesta en las próximas elecciones de Estados y los existencias que pudiera tener la dorso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Pero encima, la Alianza Atlántica publicó hace pocos días la previsión de inversión en defensa de todos los países aliados para 2024 y España aparece en el final puesto con un 1,28% del Producto Interior Bruto (PIB), muy por debajo del 2% comprometido hace más de diez abriles.