más condenas en unos juzgados colapsados


Decano saturación de los juzgados y un aumento de las sentencias condenatorias. Son dos de los indicadores que definen la cambio y dimensiones poliédricas de la violencia contra la mujer en Córdoba, que esta semana ha centrado la ahora lugar tras las declaraciones de la decana de los Procuradores, María José Carralero, quien denuncia un «desmán» de la norma sobre malos tratos y considera que se debería «revisar».

Los últimos datos por el Consejo Genérico del Poder Contencioso (CGPJ) apuntan, en relación al agravamiento de la carga de trabajo, al crecimiento paulatino de los casos, pero sobre todo, se explica en la concatenación de circunstancias excepcionales, como la pandemia del Covid y más recientemente, las distintas huelgas de diversos operadores jurídicos, que han colocado en una situación muy comprometida a estos órganos.

Respecto aumento de las denuncias de malos tratos, en los juzgados especializados se han incrementado un 18,8 por ciento entre 2021 y 2023, al advenir de 2.389 a 2.844.

Las denuncias por malos tratos han crecido casi un 19% entre 2021 y 2023, al advenir de 2.389 a 2.844 en los juzgados especializados

Encima, las tasas de congestión y pendencia se han disparado, principalmente, en el ámbito de lo Civil: la primera, que revela cuántos asuntos se resuelven a lo amplio del año respecto de la carga total de trabajo, ha pasado de 1,70 en 2023, a 4,1 el primer trimestre del año. Todavía se ha desatado la pendencia, otro de los factores esencia que sirven para evaluar el funcionamiento de los juzgados: ha pasado, en el mismo periodo, de 0,70 a 3,12. Este indicador relaciona los asuntos que se resolvieron durante un año con los que quedaron pendientes.

La situación de sobrecarga que soportan estos órganos en Córdoba es harto conocida: de hecho, el TSJA pidió en su última memoria anual una sala bis en el Curia de Violencia sobre la Mujer número 1.

El stop tribunal puso de manifiesto en su noticia que a lo amplio de 2023 entraron un total de 2.033 causas penales y 409 civiles, o sea un total de 2.442 asuntos, cuando los módulos de entrada fijados por el Consejo Genérico del Poder Contencioso se fijan en 1.600. Es opinar, esta sala ha recibido un 52,63% más de expedientes de la carga de trabajo fijada.

Encima, el TJSA exponía que se negociación de un curia que «se encuentra permanentemente de agente, todos los días laborables y durante todas las horas de audiencia, y que debe de atender a la celebración de los procesos de tribu que se suscitan y juicios por delitos leves».

Todavía se encuentra en una situación remate, como ya avanzó este revista, el Curia de lo Penal número 6, especializado en Violencia sobre la Mujer, con más de doscientas sentencias condenatorias pendientes de ejecutar, con el peligro que supone para algunas víctimas el que no se haya iniciado una orden de alejamiento, una prohibición de tenencia de armas o un dispositivo de control telemático sobre su maltratador.

En la provincia, la situación es similar. Según ponen de manifiesto los operadores jurídicos, no hay juzgados especializados en violencia de variedad, sino que son juzgados de violencia mixtos en los que el togado tiene que ocuparse, por otra parte de los pleitos civiles, los de violencia de variedad; y sólo hay siete fiscales especializados en la materia para encargarse de los casos de todos los municipios cordobeses.

2.000 casos activos

Otros organismos corroboran que la cicatriz de la violencia machista sigue una tendencia enhiesto en Córdoba, como los últimos datos del Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Productos (VioGén), una utensilio que coordinan diferentes instituciones públicas con competencias en esta materia para mejorar la atención y protección de estas mujeres.

Según la última estadística publicada (relativa al pasado mes de mayo), una treintena de cordobesas le levantan cada mañana con vigilancia policial asidua. Son víctimas de peligro stop o extremo de sufrir una atentado desdichado que podría costarles la vida a manos de sus parejas o exparejas

La provincia de Córdoba tiene actualmente más de 2.000 casos activos de violencia de variedad (2.079). Encima, hay otros 11.137 expedientes ‘inactivos’; estos, por determinadas circunstancias no son objeto de seguimiento de forma temporal y pueden reanudarse en cualquier momento.

En cuanto a las víctimas, suman ya 11.563. Su emblema no ha dejado de crecer en los últimos abriles. En 2017 eran, al vallado del citado examen, 6.255: ahora superan las 11.000, un 84,8 por ciento más.

Más condenados

Otra de las ‘caras’ de la violencia de variedad en Córdoba que parece afianzarse en los últimos abriles es la que refleja un cambio de tendencia en cuanto a las resoluciones: cada vez hay más sentencias que fallan la culpabilidad del reo, principalmente, en los juzgados de lo Penal.

En este sentido, el decano porcentaje de condenas a maltratadores se producen en los juzgados de violencia sobre la mujer, con el 93% durante el primer trimestre de 2024. En este caso, los guarismos no han variado de modo significativa y se han mantenido por encima del 90% en el extremo trienio: 90,8% en 2021; 96,5% en 2022 y 94,3% en 2023.

Los juzgados de lo Penal, por su parte, impusieron condenas en el 74,8% de los casos enjuiciados (de enero a marzo de 2024). Aquí sí se ha manido de modo más clara ese plataforma de las resoluciones condenatorias, ya que en 2023 el porcentaje fue del 70,3% y en 2021 al punto que resultaron condenados el 51,8% de los maltratadores que se sentaron en el banquillo. Llaman la atención estos porcentajes, ya que no responden a un incremento del número total de acusados que llegaron a la sala de vistas; de hecho en 2023 fueron menos (526) que en 2021 (538).

La provincia cordobesa tiene actualmente más de 2.000 casos activos de violencia de variedad, según los datos de VioGén

Todavía entre los menores se están registrando más casos de violencia de variedad y más condenados. Según los datos del CGPJ, en 2021 fueron cinco los acusados imberbes a los que se impusieron medidas por malos tratos; en 2023 se duplicaron.

No obstante, en ejercicios anteriores se han contabilizado más casos. Así, el examen con más procedimientos fue 2019, cuando llegaron a los Juzgados de Menores un total de 17 asuntos. Ese año fueron juzgados 8 menores: siete tenían entre 16 y 17 abriles y uno que no superaba los 15.

El año de la pandemia fue el que puso a más jóvenes maltratadores frente a un togado en Córdoba: carencia menos que una docena tuvo que determinar como destacado de delitos de malos tratos: cuatro de entre 14 y 15 abriles, y el resto, de 16-17, según los datos del noticia del Consejo Genérico del Poder Contencioso.

El aumento de los casos preocupa y cada vez más en un liga etario en el que se perpetúan los estereotipos distorsionados de variedad, en los que los celos son entendidos como muestras de coito, y se valora el control sobre la pareja, ya que se percibe de forma positiva en muchos casos.

Así lo ha puesto de manifiesto esta semana la consejera de Inclusión Social, Adolescencia, Familias e Igualdad, Loles López, quien ha ducho de la violencia de variedad «existe y en edades cada vez más tempranas».

Este revista se puso en contacto de nuevo con la decana del Colegio de Procuradores para conocer su opinión al respecto de estos datos, si proporcionadamente declinó realizar más declaraciones.

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