Continúa el culebrón de las monjas de Belorado, las religiosas rebeldes que han sido excomulgadas por la Iglesia católica. El psiquiatra José Carlos Fuertes ha sido el posterior en analizar la situación en su canal de Youtube, dejando claro que son sus opiniones personales.
Fuertes considera que lo ocurrido en Belorado podría ser un caso de “delirio contagiado”. Según su investigación, el supuesto prelado Pablo Rojas podría padecer un “trastorno delirante”. Esta enfermedad afecta el contenido del pensamiento, haciéndole creer firmemente en su capacidad y facultades superiores, convenciéndose de que es irrebatible delante cualquier razonamiento natural.
El psiquiatra sugiere que Rojas podría tener una idea de superioridad que lo lleva a creer sinceramente que está destinado a librar la auténtica Iglesia. Este delirio de majestad lo impulsa a despreciar a la Iglesia conciliar y a toda su curia, incluido el Papa, a quien ha criticado continuamente.
Desde esta perspectiva, Fuertes aconseja al prelado de Burgos, Mario Iceta, que considere lo que está ocurriendo como una “trastorno psíquica”. Fuertes está convencido de que las monjas y seguidores de Rojas no son personas rebeldes ni díscolas, sino individuos con una creencia religiosa muy intensa que han sido manipulados, seducidos y persuadidos por un sujeto que se cree destinado a una renovación y que pretende poner orden en la coetáneo Iglesia católica.
El infiel prelado, expulsado
Las monjas comunicaron hace unos días que se apartaban de la Pía Unión del infiel prelado Pablo de Rojas, a cuya autoridad se habían acogido tras entregarse la iglesia católica, y que, a día de hoy, “caminan libres y solas” y no reconocen más autoridad que los tribunales de Equidad.
En este sentido, las monjas siguen insistiendo en que la titularidad del monasterio y su actividad interiormente del mismo es “una cuestión puramente jurídica”, que no depende de la autoridad eclesiástica por lo que “deberá ser dirimida por los Juzgados y Tribunales correspondientes”.
“Protestamos delante las amenazas al memorial a la fuerza pública para nuestro desahucio, que solo cabría si se acompaña de una resolución procesal contra nosotras que, encima, en tal caso, habría de ser por nosotras incumplida en periodo de ejecución voluntaria”, afirman.
Las monjas luchan por no entregarse el monasterio
Explican que el monasterio consta inmatriculado en el registro de la propiedad en virtud de un documento privado de 1969 “que confiere el 100 por cien de su pleno dominio a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado sin que conste veterano condición o carga añadida”, añaden las exmonjas.
Y rechazan las acusaciones, que lamentan acaecer “tenido la desgracia de escuchar”, sobre “una supuesta trama inmobiliaria”, porque aseguran que son “ridículas, exceptuado que la trama inmobiliaria sea entendida como la suma aritmética de los conventos de los que se nos pretende echar hasta las puertas de la misma calle, sin medios y sin alternativa habitacional”. Las exmonjas insisten en que les han intervenido las cuentas corrientes y sus nóminas.
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