Snchez insina que ofrecer a Puigdemont amnista a cambio del rechazo a la unilateralidad


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El presidente en funciones cree que si no acepta a Junts quedará fuera de la esfera política y entrará en un declive terminal.

El presidente del Gobierno, Pedro S.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani.BorjaPuigEFE/PISCINA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está convencido de que formará gobierno y que para ello podrá llegar a un acuerdo con Junts per Catalunya (JxC) por el que, a cambio de una amnistía, dicho partido Renuncia a proclamar nuevamente la independencia. Este es el mensaje transmitido por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, este domingo en la vanguardia y que, de manera indirecta, el presidente en funciones ratificó el martes en Naciones Unidas en una conversación informal con periodistas.

Sánchez no formuló este enfoque directamente, como lo hizo Díaz. De hecho, insistió: “Hablaré cuando me toque”, en referencia a la fecha en la que el Rey le encomendará la constitución del Gobierno, ante el previsible fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijó.

Pero su razonamiento deja poco lugar a dudas. El presidente en funciones ha insistido una y otra vez en que la sociedad catalana ha respaldado una política que se basa “en la convivencia y la concordia” y ha recordado que menos del 10% de la sociedad catalana apuesta por el unilateralismo, en lo que parece una referencia a los votos obtenidos por JxC en 23 de julio. Según el planteamiento del presidente del Gobierno, el otro 90% de Cataluña pide un acuerdo.

El corolario implícito de este argumento es claro: o JxC acepta renunciar al unilateralismo en la búsqueda de la independencia o se queda fuera del ámbito político catalán y su decadencia acaba convirtiéndose en terminal. La pregunta es qué puede exigir esa formación. La respuesta es sencilla: amnistía para todos los procesados ​​por los hechos de octubre de 2017. Sánchez no quiso meterse en eso. Pero parece claro que va a ser el eje de la negociación. El presidente en funciones también evitó comentar si el eventual indulto sería antes o después de su toma de posesión y la constitución de un nuevo Gobierno.

Sánchez restó importancia a las tensiones por este posible acuerdo en el seno del PSOE, entre las que se encontraban las lanzadas por el expresidente Felipe González. Sánchez insistió en que el PSOE como tal no se ha pronunciado sobre la negociación, pero se mostró absolutamente seguro de que, cuando lo haga, será para respaldar cuatro años de Gobierno progresista. Pero el presidente en funciones insistió en que, según los Estatutos del PSOE, una vez alcanzado el acuerdo de investidura, los militantes y simpatizantes tendrían que ratificarlo.

El jefe del Gobierno comparó su gestión con la de sus antecesores, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero., que, dijo, modernizó el PSOE para adaptarlo al momento histórico en el que se encontraban y luego hizo que España saliera adelante. Sánchez también insistió en que su relación con Yolanda Díaz es muy fluida y que él se mantiene en contacto habitual con ella.

Con quien no escatimó ataques fue con Feijo. El jefe del Ejecutivo redobló sus críticas en su reunión dominical al secretario general del PP, al que acusó de débil y sometido a las órdenes de la que llamó “el ala dura” del PP; establecido, dijo, por el ex presidente José María Aznar y por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso. Sánchez calificó de “despropósito” el acto de protesta convocado por el PP para el próximo domingo e insistió en que es propio de un líder sin ningún tipo de autonomía.

Finalmente, el presidente del Gobierno admitió que sus interlocutores en EE.UU. le preguntan sobre cómo va el proceso de formación de Gobierno, pero que lo hacen sin muestras de inquietud o inquietud. Una de las características más llamativas del encuentro informal con los periodistas fue cómo Sánchez fue creciendo a medida que hablaba, de modo que pasó de mostrarse razonablemente optimista al principio sobre la posibilidad de un acuerdo que permitiera su toma de posesión como jefe del Gobierno, a afirmar , 25 minutos después, que no contempla un adelanto electoral.

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