Una quincena de personas y exalumnos de la Escola Pia de Cataluña han reportado al Defensor del Pueblo que hasta nueve sacerdotes los maltrataron y agredieron sexualmente. A pesar de que, de esos nueve, cinco están muertos, la institución se ha pronunciado pidiendo escuchar “a las víctimas, para conocer qué escolapios maltrataban o abusaban de los alumnos y ponerlos frente a la rectitud”.
Los Escolapios son una congregación religiosa católica fundada por San José de Calasanz en el siglo XVII. Su objetivo principal es la educación y la enseñanza a través de la creación y encargo de escuelas en diferentes partes del mundo, y Escola Pia de Cataluña, es una de ellas.
De momento se conocen un total de quince víctimas que hayan reportado su caso al Defensor del Pueblo. El Defensor del Pueblo es una figura encargada de proteger los derechos de los ciudadanos de los posibles abusos que hagan las instituciones públicas. Su calado es asegurar la transparencia y la rectitud en la sucursal pública.
De los nueve sacerdotes implicados, cuatro siguen vivos y se conoce la identidad de alguno de ellos. Uno de ellos es Manel Sales, que estuvo en Senegal de 1980 a 2005, y otro de ellos es JB, que fue denunciado en el 2016 por violar sexualmente de tres niñas en la parroquia de Alella (Barcelona)
Ahora, el provincial de la orden, Jordi Vilà, ha dicho que lamenta no poseer estado a la valor y que la afición de los escolapios es cuidar de los niños.
En Senegal, un calasancio abusó durante 25 abriles de menores en colegios
No es el primer caso de abusos sexuales perpetrados por escolapios que se destapa. Manel Sales, un calasancio catalán, abusó de varios menores en colegios de Senegal entre 1980 y 2005. Al parecer la Escola Pia de Cataluña admitió que conocía los hechos en 2005, poco que ocultó y que ha lamentado tiempo luego.
La filtración de lo sucedido viene por la denuncia en 2005 de un agrupación de catalanes vinculados a Senegal y que hoy integran la Comisión de Defensa de Menores Abusados Sexualmente en la Iglesia en Senegal. En ese momento, Manel regresó a Cataluña y se puso en tratamiento psiquiátrico, aunque siguió ejerciendo como rector parroquial.
La propia institución afirma que Manel actuaba con total impunidad y que los hechos eran conocidos por “parte de los alumnos y por los vecinos de los municipios” e incluso por la directiva de los colegios por los que pasó. En el momento de la confesión, Manel reconoció poseer abusado de al menos 17 menores. Al parecer los engañaba, aprovechándose de su condición de evangelizador y de la autoridad que tenía.
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