“No queremos ser conejillos de indias, es legislar por legislar”



El Gobierno está ultimando una nueva regulación para restringir los alquileres temporales y los pisos turísticos con el objetivo de tocar el problema de la vivienda. Sin retención, los propietarios ourensanos, al igual que los del resto de la comunidad, desconfían de estos cambios. “No queremos ser conejillos de indias”, clama Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga).

Aguín cree que esto es “codificar por codificar” y afirma que la última Ley de Vivienda “lo único que hizo fue incrementar el registro de los pisos turísticos” correcto a la incertidumbre que causó entre los propietarios. En este sentido, lamenta que la opinión pública se centre tanto en ellos: “Hay un parque inmobiliario muy ancho y infructifero”. Aguín cifró en más de 14.500 las viviendas vacías en la ciudad.

La presidenta de Aviturga resalta el impacto socioeconómico de las viviendas turísticas, especialmente en el rural: “Hay zonas que estaban muertas y se han restaurado”. Encima, menciona que mientras un hotel puede tener una central de compras, los propietarios de las VUT recurren a servicios locales -albañiles, carpinteros, electricistas- y recomiendan otros -panaderías, restaurantes…- a los huéspedes.

“Es un mantra interesado”, opina Aguín, que lumbre a no simplificar el problema de la vivienda, citando otras causas. “No se está hablando de que no se pone suelo manifiesto”, menciona, como la elevada burocracia para construir o la dificultad de entrada al crédito.

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