Las “inquiokupaciones” suben en Ourense a 150 en el último año y medio



Los propietarios ourensanos de viviendas se enfrentan a un nuevo contienda: las inquiokupaciones. Solo en los últimos 18 meses, la ciudad ha registrado 150 incidentes de este tipo, según las estimaciones aportadas por la Pacto Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Esta signo podría ser viejo, ya que algunos casos podrían tener pasado desapercibidos.

Los inquiokupas son inquilinos que firman un acuerdo de locación sin la intención de sufragar las cuotas. Una vez instalados en la vivienda, dejan de abonar las mensualidades y se quedan viviendo en el inmueble alegando sufrir una situación de vulnerabilidad económica. Según Fegein, el plazo medio para desahuciar a estos inquilinos es de 12 meses. Generalmente, el inquiokupa firma el acuerdo y paga la fianza y el primer mes, pero luego deja de sufragar la renta, convirtiéndose en deudor.

La única forma de desalojar a estos inquilinos es a través de un extenso proceso jurídico. Actualmente, la suspensión de desahucios sobre la vivienda habitual para colectivos vulnerables está prorrogada. Sin bloqueo, en el caso de las inquiokupaciones, pocas veces se llega al desahucio ya que los inquilinos suelen abjurar el inmueble ayer, generalmente en mal estado. La ley de desokupación “express”, que pretende desalojar en 24 horas los inmuebles okupados, está en proceso de tramitación.

Según el crónica de Fegein, el incremento de estas inquiokupaciones se debe al aumento del peligro de pobreza en Ourense. Organizaciones como Cáritas y Cruz Roja han ducho de esta situación en los últimos primaveras, indicando que uno de cada cinco vecinos de la ciudad está en peligro de pobreza.

Benito Iglesias, presidente de Fegein, lamenta que al problema de la ocupación ilegal de viviendas se sume ahora el de la inquiokupación, lo cual podría disminuir aún más la propuesta de viviendas en locación. Iglesias concluye que “no habrá propietario que quiera traspasar” bajo estas condiciones.

Por otra parte, el problema de la okupación tradicional sigue sin freno. El crónica del primer semestre de Fegein sobre esta problemática señala que se ha agravado, especialmente en el arrabal de O Couto, identificado como la zona más afectada.

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